Epílogo: En tu hombro, una mariposa soy

1.9K 207 86
                                    

Después de habernos ido, Jimin me llevó a un moderno, pero modesto departamento que quedaba solo a unos quince minutos en taxi. Me gustaba, estaba en un lugar más céntrico. Ni bien puse un pie dentro, él cortó toda distancia entre nosotros y comenzó un lento ósculo, en el cual nuestras lenguas danzaron hasta que se nos acabó el aire, mientras sus manos acariciaban con delicadeza mi espalda, causándome escalofríos que me hicieron suspirar a gusto. Seguimos así mientras que a pasos torpes entramos quedando en la esquina de la habitación. Al separarnos, Jimin me miró con un cariño indescriptible brillando en sus ojos, al mismo tiempo que acomodaba mis negros cabellos que estaban desordenados.

—Ven y abrázame —Me pidió sonriendo. Yo acepté y estiré mis brazos rodeando su cuello, aspirando su varonil aroma. Era tan cálido y yo me sentía tan bien a su lado—. Compré este espacio solo para nosotros dos —dijo apoyando su mentón sobre mi cabeza, me tenía apresado en sus trabajados brazos. Yo solo atiné por cerrar mis ojos, disfrutando de su tacto en mí.

¿Así que este era nuestro espacio? Me gustaba como sonaba eso... algo nuestro. No más secretos, no más escondites o estar alertas porque nos descubran. No podía estar más contento

Espera...

—¿Cómo estabas tan seguro de que iría contigo? —cuestioné arqueando una ceja. ¿Tanta confianza tenía de mi amor hacia él? No sabía si besarlo o golpearlo por ser un presumido. Descarté rápidamente la segunda opción, mi madre le había dejado la mejilla derecha aún hinchada.

—Rogaba para que fuera así —contestó ya dirigiendo sus manos a mi cintura, dándome un apretón—. Aunque cuando te vi con ese chico, no estuve tan seguro, pero igual pensaba divorciarme y venir aquí. Me alegra que haya sido a tu lado.

—Hoseok —especifiqué—, es un buen amigo. Lo conocí en Jeju, me ayudó mucho —Ahora que lo pensaba, debo enviarle un mensaje para avisarle que estaba bien. De seguro se preguntaba cómo me fue.

—¿Y tú desde cuando eres tan sociable? —preguntó mientras arrugaba su entrecejo y me observaba fijamente. Vaya, no llevamos ni un día estando juntos y ya me anda celando.

Me daba risa, ahora yo estoy en el otro lado. Dos años de sentir celos constantes y no poder hacer nada, me daba placer que él supiera como me sentía, a pesar de que sea solo un poquito.

—¿Me estás haciendo una escena de celos? —interrogué con una sonrisita en mi rostro. No podía ocultar mi felicidad.

—¿No? —respondió inseguro, yo lo miré seriamente y su sonrisa salió como una mueca—. Un poco, casi nada. Es inevitable —confesó con sus mejillas algo rojas—, es un chico guapo y de seguro muy bueno como para que confiaras tan rápido en él, sigo sin creer que te merezco después de lo que te hice sufrir, y tengo miedo de que te vayas en cualquier momento al darte cuenta—No sabía qué decir ¿Jimin inseguro? Por Dios, esto es irreal—. Sin embargo, estoy siendo ridículo al pensar esto, el que hayas venido conmigo es una muestra de que no debo ponerme así. Confío en ti.

Me alegraba que no se dejara llevar por los celos y fuera razonable.

—Está bien, como te lo dije, es solo un amigo. En lugar de hablar sobre Hoseok, hay que dormir, estoy cansado tanto mental como físicamente —Mencioné tomando su mano para llevarlo más adentro, pero no se movió, lo cual hizo que volteara a verlo expectante

—No sé si sea oportuno... pero mañana quiero llevarte a varios lugares —Ahora yo estoy sorprendido, no esperaba que Jimin me pidiera esto. Aprecié la emoción en su voz—. Podemos comenzar con un almuerzo en un buen restaurante, luego ir a pasear por ahí, hay una pequeña feria muy linda a la vuelta, en la noche podríamos ir al cine y volvemos aquí para cenar juntos, ¿Te gustaría?

Migikata no Chou ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora