Migikata no Chou ➳ Jimsu

09: Solo tú y yo

"Estoy perdidamente enamorado de Yoongi", esas palabras hacían eco en mi cabeza prolongadamente, repitiéndose como un mantra.

No podía creer lo que estaba pasando, sentía un cosquilleo crecer dentro de mí tan rápido como la espuma a medida que caía en cuenta del peso de sus palabras.

¿Jimin está enamorado de mí?

Esto es tan irreal.

Todavía me encontraba inmóvil por la sorpresa, pero aún así pude ver claramente el momento en que él se sacó el anillo de su dedo anular y lo dejó en la mesa con la decisión reflejada en sus orbes cafés bajo un eterno silencio por parte de los presentes, incluyéndome.

Se iba a divorciar... eso ya era un hecho. No podía decir algo, simplemente seguía pensando que se trataba de un sueño, y cuando despertase, volvería a esa realidad en la cual yo no era correspondido, y solo tenía que conformarme estando entre las sombras. 

Desvié mi mirada hacia mi madre y vi cómo se le desfiguraba el rostro por la furia, lo sabía desde que tengo memoria, ella no soportaba las infidelidades. Debía prepararme para cualquier mala reacción de su parte hacia mí, aunque quisiera creer que no diría nada, ya que, soy su hijo. Era consciente de que no actué bien, también que merecía cualquier insulto, pero dentro de mí, quería que me entendiera.

Miré rápidamente a Seulgi, ella estaba llorando a rienda suelta, gruesas lágrimas interminables caían de sus ojos rasgados. Yo solo tragué en seco por la culpa inmensa que llegaba a acumularse en mi cuerpo, me dolía verla llorar ¿Estaba bien esto? ¿Valía la pena siquiera? No tenía certeza de nada. Sin embargo, mi corazón quería fervientemente estar con Jimin hasta el punto de hacerme perder la razón de lo que es correcto y lo que no. No sabía qué hacer para mejorar la situación, si es que se podía claro, lo dudaba mucho, si hablaba lo arruinaría más, sin duda.

Me exalté un poco al sentir a Hoseok apretar con algo de fuerza sus manos en mis hombros, estaba tenso, lo notaba, pero no decía ni una palabra. Su mirada estaba fija en Jimin, vigilando cada movimiento que hacía, siempre alerta. Él también estaba involucrado de cierta manera; es decir, me estuvo ayudando a alcanzar mi objetivo que era olvidarlo y dejarlo atrás ¿Qué podía hacer ahora? ¿Se sentiría decepcionado al ver que sus esfuerzos fueron en vano, que solo bastó una acción para derrumbar los muros que había construido con la finalidad de protegerme?

Este era un momento crítico. Si podía compararlo con algo, sería con una bomba de tiempo, solo es cuestión de minutos para que explote y se desate todo. Además, el silencio en el que estábamos sumergidos no ayudaba en nada, solo me ponía más ansioso.

A pesar de estos pensamientos, una pequeña sonrisa quería aparecer en mis labios por el calorcito que sentía en mi pecho debido a la confesión de Jimin. No me mintió, él si me quería, en verdad me amaba y eso me llenaba de mucha dicha, era inevitable la felicidad en mí, en contraste a la situación en la que me encontraba.

Los nervios aumentaron cuando Jimin fue acercándose lentamente a mí. No pude reaccionar y lo siguiente que sentí fue cómo me apartaba de Hoseok, quitando sus manos bruscamente, para abrazarme y ubicar su cara en mi cuello causándome cosquillas debido a su nariz que inhalaba mi aroma. No me importó nada más, se sentía tan correcto estar entre sus brazos y yo con mis manos aún temblando le devolví el abrazo con la misma calidez.

No quería soltarlo.

—No... no puede ser cierto —Me puse rígido y reaccioné al escuchar la voz de Seulgi. Me había dejado llevar y no me di cuenta de lo que estaba pasando a mi alrededor. Empujé un poco a Jimin asustado por lo que podía pasar, pero sin separarme del todo de él.