Recuerdos

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 Despierto de repente y me encuentro en mi casa, acostada en mi cama. Me levanto lentamente para notar que tengo un extraño vestido blanco con mangas largas y la falda llega hasta el piso.

–¿Qué es esto? –me pregunto al caminar hacia el pasillo, la casa está en completa paz, ningún ruido, ni peleas, sólo paz.

–¡Oriana, Sergio! –trato de gritar pero sólo un susurro sale de mi boca. ¿Qué me pasa? Bajo corriendo las escaleras, mis hermanos no están. De repente veo que en una esquina aparece una sombra que va creciendo, se hace cada vez más grande–. ¡No! –trato de gritar de nuevo y no puedo, entonces todo se vuelve oscuro.

Aparezco en la oficina de una comisaría, allí están mis padres y hermanos. El comisario habla sobre un accidente, mamá y Oriana lloran, Sergio está furioso y papá tiene una expresión neutral en su rostro–. ¿Qué está pasando? –pregunto como un susurro de nuevo. Nadie responde.

–Pero... ¿Están seguros? –dice mamá llorando.

–Si... mamá –habla Ori también llorando–. Mar murió ahogada.

–¡¿Qué?! –me sobre salto, estoy muy confundida.

–¡No! ¡Mi niña! –se rompe a llorar.

–No... no es cierto, yo estoy aquí –susurro y comienzo a deseperarme–. ¡No es cierto! –grito y todo vuelve a hacerse negro.

Aparezco en la playa a las orillas del río, tomo mi cabeza con las manos tratando de recordar todo lo que pasó, imagenes viene a mí :"Recuerdo que estaba en la fiesta, ehh... Héctor me dio algo de beber, Marisa estaba ahí, todos sus amigos estaban, emm... me alzó y todos nos tiramos al agua y después..."

En ese momento tengo una visión...
Caigo al agua y termino en el fondo, al estar mareada no reacciono rápidamente, cuando lo hago noto que unas cuantas líneas y anzuelos que los pescadores perdieron están enredadas por mis brazos y ropa impidiendo que pueda salir a la superficie, forcejeo en vano y poco a poco mis músculos se aflojan y mi vista se oscurece hasta que muero.

–Oh por dios, es cierto –murmuro tomando mi rostro con las manos y llorando sin entender por qué sigo aquí.

Alguien interrumpe mi llanto de repente, veo que se trata de Héctor y Marisa, están en el muelle, yo camino hacia allí y quedo debajo de ellos, con el agua del río hasta mis hombros. Allí los escucho.

–¿Irás al funeral de Mar mañana? -pregunta Héctor.

–No, además qué van a enterrar, no encontraron el cuerpo Mar –responde, sigo pensando que es una perra pero ahora más que nunca.

–Tienes razón, pienso que su cuerpo está siendo devorado por los peces del río –comenta él, haciéndome enfurecer.

Impulsivamente coloco mi mano izquierda en unos de los pilares de madera que sostiene el muelle y lo desgarro con mis uñas pero entonces noto que profundos surcos se marcaron en la madera, miro mi mano y tengo unos mortales ganchos parecidos a los anzuelos de pesca y líneas negras suben por mi brazo.

–No sé qué es esto pero me gusta –pienso y rasgo de nuevo la madera llamando la atención de Marisa–. ¿Qué fué eso? –se asusta entonces yo me escondo debajo del agua cuando ellos miran hacia abajo.

No me ahogo, es más, no puedo respirar porque ya estoy muerta. Una finísima capa de agua me separa de ellos, los miro directamente a los ojos pero ellos dos no pueden verme.

–Vamos, quiero irme –dice Marisa y Héctor asiente acompañandola. Cuando estoy sola nuevamente salgo del agua y los observo.

–Están felices... felices que yo esté muerta –murmuro agachando la cabeza, entonces sólo puedo sentir odio, un gran odio que recorre por todo mi cuerpo–. Yo nunca les hice daño. –Camino hacia el agua y veo que tengo la misma ropa con la que vine a la fiesta, excepto que es negra y está desgarrada, rota en parte y sucia. También mi cuerpo cambió, ahora estoy muy pálida, mi cabello negro es opaco y despeinado, tengo una sombra negra debajo de mis ojos como si fuera que nunca dormi. Parezco muerta... estoy muerta.

Pero también hay líneas en mis brazos, que los envuelven hasta llegar a mis manos, en las puntas de mis dedos se asoma los afilados ganchos, son mortales y ya sé con quienes los voy a usar.

Terror AquaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora