Encuentro Inesperado

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Voy volviendo al muelle porque poco a poco va anocheciendo, camino mucho, no creí que me alejé tanto de allí.

-Que recuerdos, aquí fue donde Mar se ahogó, no pude salvarla -me digo agachando la mirada, después de tener sexo me mató, creo que estaba molesta porque golpeé a Fer en la cara cuando intentaba llevarla a casa. Debí dejarlo. Pero si nada de eso hubiera pasado yo no estaría junto a Mar ahora, ni tampoco hubiéramos tenido una hija y mucho menos hubiéramos hecho el amor anoche.

Mientras reflexionaba escucho que los pastizales se mueven a mis espaldas, rápidamente volteo y me encuentro con... con él.

-¿Darío? -dice al verme, es Héctor.

-¿Qué haces aquí? -respondo serio.

-No, vos que haces acá. Dijeron que estabas muerto -habla acercándose.

-Maldito. -Sin pensarlo dos veces me lanzo hacia él y le retuerzo su brazo teniendolo en el suelo-. Vos mataste a Mar.

-¿Qué? no es así.

-¿No fuiste vos el que le dio esa bebida para drogarla? ¿No la alzaste y te tiraste al agua sabiendo que estaba mal? -corrijo haciendo que reprima un grito de dolor.

-Que-Quería ayudarte -suelta adolorido. Es cierto que yo le pedí que la drogue para acostarme con ella pero fue cuando la mató.

-¡Lárgate antes que te asesine! -grito soltandolo y dándole la espalda.

-¿Vos mataste a toda esas personas? -pregunta levantándose lentamente.

-No a todas -respondo negando.

-¿Entonces?

-¡Largo! -grito enojado. Héctor asiente y se aleja del muelle. Debí matarlo pero ese derecho lo tiene Mar, ella es quien debe acabar con Héctor y Marisa, lo que no sé es cuándo lo hará.

Mar...

Lucy está un poco inquieta entonces le canto un canción para hacerla dormir y funciona, entonces la dejo en la cama y cuando la dejo comienza a llorar.

-Debes tener hambre pero no tengo nada para darte -digo al alzarla de nuevo. En eso Darío entra por la puerta y deja muchas cosas en el sillón de la sala; cosas como juguetes, ropas de bebé, pañales, leche y todo eso.

-¿De dónde sacaste todo eso?

-Un empresario muy generoso me dio el dinero antes de morir -responde. Sí como no, él lo mató.

-¿Todo esto es para Luciana?

-Todo esto es para nuestra hija Brenda, cambiale esos trapos por esta ropa -me ordena. La bebé está envuelta con una tela sucia, entonces le pongo los pañales, al revés.

-No es así. -Darío toma mi lugar y viste a la pequeña muy bien y rápidamente-. Listo.

-¿Cómo sabes tanto de bebés?

-Es el resultado de tener 2 hermanos menores y ser el mayor -responde sonriendo.

-Jaja, yo era la menor de mi casa -río. Él sale y hace entrar una cuna rosada especial para Luciana, hasta creo que le preparó un poco de leche en un biberón.

-Déjala ahí. -Yo la recuesto en al cuna y le entrega el biberón.

-Al fin, ya no llora -suspiro aliviada-. ¿Qué tienes? -le pregunto al ver que está un poco desanimado.

-Me encontré con... con Héctor.

-¡¿Con él?! -digo invadida por la ira y apretando con fuerza mis puños-. ¡¿Lo mataste?!

-¡No! no, no le hice nada. Debes matarlo vos para vengarte -habla rápidamente-. Por eso lo dejé. -Su voz se calma poco a poco.

-Bien.

-¿Cuándo lo harás? -pregunta curioso frotando mi hombro.

-Pronto -contesto, poniéndome de pie-. Cuida a Lucy, voy a dar una vuelta -hablo antes de salir por la puerta.

-Sí, cuidaré a Brenda -habla, haciéndome bufar. Mientras camino, pienso, en realidad no había pensado cómo y cuándo mataría a Héctor ni a Marisa.

-Debe ser una manera extremadamente violenta y cruel -me digo seria. Miro el cielo y unas nubes grises poco a poco cubren todo, no sé cómo los mataré pero sí sé que será esta noche.

Terror AquaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora