Cap. Final

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Fer...

  Todo terminó... Mar y Darío al fin descanzan en paz, Héctor se fue para nunca volver.

  -¿Qué pasó? -pregunto frotando mi sien, sólo recuerdo que Héctor me atravezó desgarrando mi remera favirota, maldito.

Luego Linda me trajo de vuelta y fui atacado por Agus con una lluvia de besos.

  -Mar y Darío se despidieron. -me dice Yeni en voz baja para que la pequeña no escuche.

  -Y Zaret... -murmura Agus.

  -¿Qué pasó con esa viejita? -pregunto preocupado.

  -Ella dio su vida, dijo que con su muerte terminaría la maldición. -contesta agachando la mirada.

  -No... esa bruja. -digo conteniendo el llanto, Agus me abraza y escondo mi rostro en su regaso, Zaret, ella era como una amiga para mí, casi como una madre -C-Creo que pensó que... ya v-vivió demasiado. -murmuro con la voz quebrada.

  -Shh... tranquilo Fer. -susurra Agus haciendo que levante la vista -Además tenes que ser fuerte porque ahora tenemos que cuidar a una pequeñita. -agrega sonriendo.

  -Linda. -me digo pensativo.

  -Sí, es ella.

  Tiempo después...
-Linda tenes que ir a la escuela. -le dice Agus mientras le sirve el desayuno.

  Mis padres supieron lo de Agus y pensaron que la niña es nuestra hija, no me gritaron, sino que me felicitaron y nos dieron su bendición y dinero para mantenernos, pero cuando termine la escuela sólo pienso en trabajar, no quiero depender de ellos por siempre.

  Linda crece increiblemente rápido, ha pasado unos meses desde que Mar y Darío se fueron y la pequeña ya tiene la edad para ir a la escuela.

  -Si alguien te molesta en la escuela contale a la señorita. -le aconsejo.

  -Sí tío Fer. -contesta mientras muerde una tostada.

  Luego de desayunar, yo soy quien la lleva a la escuela, nos subimos a MI auto y conduzco hacia el colegio, me costo mucho tener mi permiso de conducir pero lo logré y ahora siempre sigo las leyes de transito.

  -Ya llegamos. -le digo a Linda abriendo la puerta y dejándola salir.

  -Nos vemos, te quiero. -responde dandome un abrazo.

  -Nos vemos. -murmuro viendo como entra a la escuela. Creo que sería un excelente padre en un futuro cercano.

  Zaret dijo que su maldición desaparecería del río y todos lo que reviveron también, pero no estoy seguro si yo perdí mis supuestos poderes y tampoco haré una prueba suicida para saberlo, ni si Linda dejará de crecer rápidamente y si aún pueda leer los pensamientos.

  Subo al auto y comienzo a conducir a casa, entonces recibo una llamada de Agus.

  -Amorsito, sabés que está prohibido hablar cuando se conduce. -digo prestando atención a la calle.

  -Ya sé pero es muy importarte y no puedo esperar. -contesta y la siento sonreír.

  -¿Qué es? -pregunto viendo que tengo el semáforo en verde y avanzo.

  -Estoy embarazada ¡Vamos a ser padres! -chilla haciendo que abra los ojos grandes y que quede paralizado.

  -Voy a ser padre. -murmuro sonriendo. De repente una camioneta cruza en rojo y choca mi auto haciendo que gire en el aire y termine volcada a unos cuantos metros. El tránsito se detiene y poco a poco recupero el conociento, levanto mi cabeza y la misma sangra.

  -Mierda, voy a matar a ese idiota por chocharme... ¡Ah! -cuanto intenté moverme sentí una fuerte punsada en mi estómago y ya veo cual es la causa, un hierro se introdució en mi estómago y está sangrando.

  Trato de sacar mis piernas para quitarme el hierro pero las mismas están atrapadas por el metal retorcido.

  -¡Ayúdenme! -grita apenas el conductor de la camioneta que quedó volcada. Tomo el metal y con todas mis fuerzas logro abrirlo para sacar mis piernas, luego tomo el hierro y lo quito de un tirón.

  -Ah... duele co-como s-siempre. -suspiro y salgo del auto, en instantes dejo de sentir dolor y la herida desapareció -Genial, sigo siendo el mismo.

  -¡¡Ayuda!! -grita ese hombre al ver que la camioneta comienza a incendiarse. Entonces corro hacia el auto y rompo la puerta para sacarlo de adentro -Gracias, gracias. -me dice mientras lo salvo.

  -Quiero ver su seguro después. -hablo mientras unos paramedicos me ayudan a llevarlo a una ambulancia.
Rápidamente los bomberos apagan el fuego y todo vuelve a estar bien.

  -¡Mi telefono! ¡¿Dónde está mi telefono?! -corro hacia mi coche un poco destruido y tomo el celular.

  -Agus, Agus atiende por favor. -digo deseperado.

  -Fer ¿Estás bien? Se cortó la llamada. -dice un poco preocupada.

  -Estoy bien, sólo... tuve un problemita con el auto. -respondo soltando una risa -¿Es cierto Agus? -murmuro suspirando.

  -Sí Fer, vamos a ser padres. -contesta emocionada.

  -Nunca te amé más en mi vida. -digo sonriendo.

Terror AquaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora