Me levanté con pereza, sentía un vacío dentro de mi y sabía perfectamente a que se debía, Louis. Cerré con fuerza los ojos para impedir que nuevas lágrimas salieran de mis ojos. Me levanté, intenté quitarme toda la pereza y bajé hacia la cocina. Samuel ahora estaba mucho mas cortante conmigo, casi ni hablábamos y los insultos rodeados de cariño habían desaparecido. Solo... comí unas galletas y me tiré al sofá otra vez. Sentí la puerta cerrarse, mi hermano había salido…
-Tal vez debería buscarme una mascota –dije y suspiré- ¡Vamos _________! –me grité como toda una loca- ¡Olvídalo como todos esos chicos antes! –me paré- ¡Eres una mujer fuerte! ¡Vamos!.-
Me alenté a mi misma mientras me bañaba, y ponía algo abrigado. Salí de casa en mi skate, no iría a las rampas porque seguramente con la escarcha mis amigos no estarían pero podría ir a dar una vuelta. Daría unas vueltas por el centro y buscaría algo que hacer, en las calles no había mucha gente y los adornos navideños aun se veían, la nostalgia volvió a invadirme pero seguí avanzando. Las tiendas de ropa estaban prácticamente vacias y los cafés repletos. El frio empezó a invadirme y entré a una tienda de música con mi tabla al brazo…
-Eh chica –me dijo un hombre- ni se te ocurra hacer desórdenes con esa cosa.-
- Tranquilo –dije casi sin tomarlo en cuenta y empecé a mirar los estantes.-
-¿______? - ¡mierda! Por que siempre tenía que encontrarme con alguien- wow, que sorpresa encontrarte por aquí.-
- Oh, hola Liam –dije bajando la cabeza, noté que venía con su novia- eh… si.-
- Hola –dijo la morena tiernamente.-
- Eh bueno…, adiós solo quería ver si estaba un CD pero no –y salí corriendo para luego subirme a mi skate.-
Cuando estaba lo suficientemente alejada, la tomé y comencé a caminar…
-¡Hola! –me giré y una chica rubia me entregó un folleto- Nuevo local, chicas gratis hasta las 12 –me sonrió y vi que se acercó a un chico para decirle la misma frases.-
Un nuevo lugar para ir a bailar y tomar, interesante… tal vez eso necesitaba, unas fiestas y olvidarme de todo. Descontrol total y divertirme mucho, si es que lo lograba. Le diría a los chicos y podríamos salir, ellos se buscarían a una puta y yo… intentaría olvidarme de lo puta que fui. Seguí caminando y mirando todas las tiendas hasta que llegué a una que llamó mi atención pero no entré, eran una tienda de regalitos cursis. Todo blanco, rojo y rosado. Quería romper el vidrio de una patada y acabar con todo eso que me recordaba que nuevamente estaba sola. Miré a mi lado, había un niño de alrededor de 4 años apoyado al vidrio, se giró, me miró y se acercó a mi…
-Oye, niña –me tiró del pantalón, rodé los ojos y me agaché a su altura- hola.-
- Hola nene –le dije.-
- No soy un nene, yo soy grande –dijo, y reí un poco.-
- Mejor vete donde tu mamá.-
- Está comprando allá adentro pero me da asco esas cosas tan de niñita –sacó la lengua y volví a soltar otra carcajada.-
- A mi tampoco me gustan –le dije y el me miró extrañado.-
- Pero tu eres niña.-
- ¿y eso qué? No me gustan esas cosas.-
- ¿De verdad? –dijo sorprendido, asentí con la cabeza- si mis amigos te conocieran se sorprenderían así –dijo abriendo los brazos- mucho, mucho.-
- Soy una chica diferente –le dije y sujeté mi tabla contra mi cuerpo.-
- ¿Tu andas en eso? –dijo tocando mi tabla, la alejé de el.-
- Si, pero es mi tesoro. Nadie mas que yo la usa.-
- Oh –dijo y volvió a mirar la vitrina- ¡Ahí viene mi mami! –dijo muy alegre y una chica de cerca de 20 años salió de la tienda… wow… .-
- Vamos pequeñito –dijo tomándolo en brazos- parece que estás demasiado gordito –rieron y ella comenzó a caminar, el pequeño se giró hacia mi.-
- Chao niña –dijo sonriendo y moviendo su pequeña mano en forma de despedida, solo lo despedí con la mano.-
Calmé mi respiración después de la enorme impresión, seguramente esa chica lo había tenido cerca de los 16. Wow. Sacudí mi cabeza y volví a subirme a mi skate sin estar para nada atenta por donde estaba, cuando me giré, escuché el fuerte ruido de una bocina de un automóvil y caí al suelo. Con la suerte del mundo, había logrado saltar antes de que me atropellaran pero mi tabla había quedado destruida…
-¡Cuidado tonta! –gritó el hombre que conducía y se alejó. Todos los transeúntes me miraban y yo tenía un fuerte dolor en la pierna derecha, con la que había caído.-
- Ah –dije muy bajo mientras intentaba pararme, volví a caer al suelo. Nadie me ayudaba. Hasta que sentí unos brazos tomándome y levantándome.-
- _______ ¿estás bien? –dijo Liam y su novia me sacudió el polvo de la ropa.-
- Eh… -intenté caminar pero el dolor me lo impidió- no.-
- Hay que llevarte al hospital –dijo Danielle, recordando su nombre.-
- No, por favor no. –dije soltándome del agarre de Liam, miré mi tabla destruida- al menos tengo una de repuesto –dije mirando ahora con pena mi tabla, esa tabla, el único recuerdo de Louis que había dejado.-
- ¿Estás loca? –dijo Danielle- casi te matan. Tu te vienes a mi depa –dijo seria.-
- Oigan de verdad no pasa nada.-
- No intentes discutir con ella –dijo Liam sonriendo.-
- Apóyate en Liam y vamos a mi auto –dijo la morena y no pude rechistar, subí a su auto y en cosa de minutos estábamos en un edificio pequeño, caminé con dificultad apoyada en Liam y llegamos al segundo piso, y entramos.-
- ¿Viven juntos? –pregunté.-
- Por ahora no –dijo Liam y me sentó en el sofá.-
- Iré a buscar el botiquín, no te muevas –dijo Danielle corriendo, en segundos volvió con un pequeño botiquín entre manos- tal vez te duela un poco.-
- Da igual –dije mientras limpiaba mi herida, hice una mueca de dolor pero no dije nada. Después me la vendó.-
- ¡Listo! –se paró- para no ser enfermera quedó bastante bien.-
- ¿Ahora puedo irme? –dije.-
- Te iré a dejar –dijo Danielle sacando unas llaves de su bolsillo- nos vemos después cariño –y besó a Liam ¡auch!.-
- No tienes por qué, puedo caminar.-
- No, no puedes –dijo sonriendo y ayudándome a caminar- ya vamos.-
- Ya que.-
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