ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟟.- ℂ𝕠𝕟𝕤𝕦𝕞𝕚𝕕𝕒 𝕡𝕠𝕣 𝕗𝕦𝕖𝕘𝕠

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[NARRA MAKO]

Los días pasaron relativamente rápido luego de aquel día, al menos desde mi punto de vista.

Después de que había logrado activar el shinogan, no había tenido problema alguno para activarlo nuevamente, sin embargo, no había representado demasiado progreso para mi entrenamiento ya que no había sido capaz de usarlo aún.

El motivo era que, en el mismo instante en el que despertaba el poder del shinogan, me veía inducida a una especie de trance en el que lo único que hacía era ver fragmentos de las vidas de Kimiko y Natsume.

Hirou se veía bastante frustrado por este hecho, y se repetía constantemente a sí mismo que no era para nada normal que mi shinogan me provoque algún tipo de visión y que era la primera vez que veía que algo así sucediera.

Me conmovía su preocupación pero lo único que hacía era causarme más incertidumbre.

Suspiré cansada.

Hacía días que no dormía bien. Las pesadillas sobre las muertes de las Tamashi que me heredaron sus ojos me atormentaban.

Me vestí con lentitud.

Había decidido llegar algo más tarde al entrenamiento de aquel día, puesto que ese día cumplía 14 años y mi regalo para mí misma sería tomarme el día con calma.

Caminé distraída hasta nuestro lugar de encuentro, Hirou ya se encontraba en el lugar designado y me miró con una leve sonrisa en el rostro que intentaba disimular su preocupación cuando llegué.

-Lamento mucho la tardanza - dije con una pequeña sonrisa.

-No importa, Mako, hoy no vamos a entrenar de todas formas.

-¿Por qué? ¿Te sientes mal? -pregunté repentinamente preocupada por su salud.

-Me siento de maravilla, Mako. No entrenaremos porque es tu cumpleaños y mereces un descanso, haz trabajado realmente duro.

Parpadeé varias veces sorprendida por el hecho de que supiera mi fecha de cumpleaños.

-¿En verdad crees que olvidaría tu cumpleaños, Mako?

-La verdad...

-El día que naciste fui el hombre más feliz del mundo, pequeña. Cada año en este día me dedicaba a hacer cosas que hacen los padres con sus hijos e imaginaba que tú ibas conmigo... ir al parque, salir a comer... En fin, sé que no he sido un padre para ti, pero para mí... bueno, eres mi única hija, Mako, jamás podría olvidar el día que llegaste al mundo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, especialmente por el hecho de que el viejo Sarutobi olvidó al menos 10 de mis cumpleaños y de los otros 4 no estaba del todo segura ya que era demasiado pequeña para notarlo, sin embargo, Asuma siempre se había asegurado cada año de que pasara un feliz cumpleaños desde el momento en el que abría los ojos por la mañana hasta el momento en el que me iba a acostar.

-Gracias, Hirou. - dije con una amplia sonrisa mientras limpiaba con el torso de mi mano un par de lágrimas rebeldes que caían por mi rostro.

-Sé que ya no eres una niña, me hubiera gustado regalarte una muñeca o algo, pero sé que esto te gustará más.

Se agachó para tomar una preciosa Katana, con pequeños trozos de jade incrustados en el mango de la misma.

Me la entregó y la tomé entre mis manos como si se tratara de un gran tesoro.

-Esta katana estuvo en mi familia por unas cuantas generaciones... Mi bisabuelo la ganó cuando tenía 10 años en un duelo contra un hombre que le triplicaba la edad... cuando conoció a mi bisabuela un par de años después, se la obsequió.

𝕊𝕨𝕒𝕝𝕝𝕠𝕨𝕖𝕕 𝕓𝕪 𝕕𝕒𝕣𝕜𝕟𝕖𝕤𝕤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora