ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙𝟡.- ¿𝕄𝕖 𝕖𝕩𝕥𝕣𝕒𝕟̃𝕒𝕤𝕥𝕖?

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[NARRA MAKO]

No tenía idea de lo que había pasado. Simplemente, a medida que intentaba responder a las preguntas que Sasuke me hacía la migraña aumentó hasta el punto que quedé inconsciente. En ese momento me dije a mí misma que era una especie de mecanismo de defensa de mi cerebro, intentando bloquear recuerdos desagradables, pero si fuera de esa manera tampoco podría recordar la muerte de mi padre con tanta claridad, o las miradas de las víctimas que caían bajo mi katana cada vez que tenía una misión.

Le fruncí el ceño a Kabuto, quien se encontraba de pie al lado de mi cama, en la cual me encontraba descansando hasta que el tuvo la osadía de interrumpir mi sueño.

-Vamos, Mako-chan, es hora de despertar -dice con su típico tono de superioridad- Hay una misión de suma importancia que debes llevar a cabo.

Con un gruñido suave me incorporé lentamente bajo la atenta mirada del cuatro ojos. 

-¿De qué se trata? - pregunté de mal humor ya que, no sólo me había despertado, sino que el dolor de cabeza aún no desaparecía por completo.

- Hay un grupo de shinobis que se están acercando demasiado a la guarida, Orochimaru quiere que te hagas cargo, pero no me dio más detalles por lo que tendrás que ir a verlo antes de irte-dijo con una sonrisa maliciosa, Dios que detesto a este sujeto.

No había necesidad de que se fuera para vestirme, ya que estaba con unos pantalones algo holgados que me llegaban a la cadera, y mis típicas vendas cubriendo mi pecho, muñecas y antebrazos.

Consideré ponerme la camisa que Sasuke me había regalado el día anterior, pero descarté la idea casi de inmediato debido a que no quería mancharla con sangre.

Puesto que ya estaba prácticamente lista me puse los zapatos y comencé a tomar mis armas, que consistían en mi preciada katana, un par de sai*, unas cuantas kunai y shurikens, además de un par de bombas de humo, a pesar de que no solía usarlas demasiado ya que simplemente podía crear neblina con unos cuantos sellos si necesitaba pasar desapercibida.

Una vez lista me predispuse a salir de la habitación cuando vi que uno de mis muebles no estaba en su lugar.

Suspiré mientras lo ponía en su lugar para que pudiera cumplir su función, la cual era cubrir aquella lista macabra de nombres que había grabado yo misma en la pared con mis uñas.

La veía como mi lista negra, puesto que cada vez que leía alguno de aquellos nombres el dolor de cabeza se hacía presente. No quería pensar en lo que todas esas personas habían hecho para merecer estar en ella. Me bastaba con saber que los odiaba con todo mi corazón y que, algún día mi katana iba a ser la causante de sus muertes.

Me sentía nerviosa bajo la mirada atenta de Kabuto quien, se limitaba a observarme en silencio con una sonrisa burlona en los labios.

-¿Qué mierda quieres? -gruñí otra vez perdiendo mi paciencia.

-Que humor... -bufó el peliblanco ignorando mi pregunta- lo único que hacen tus modales con el tiempo es empeorar, Mako-chan.

-Puedo ser muy educada y cortés -respondí dedicándole mi sonrisa más falsa -sólo que contigo no me da la puta gana.

-Auch -respondió el de anteojos mientras soltaba una risita -deberías apurarte, Orochimaru-sama te debe estar esperando. Cuando termines reúnete con el equipo que te reuní para esta misión. Son demasiados y no es conveniente que vayas sola.

-Sabes que puedo lidiar con un ejército por mí misma, Kabuto.

-Pero no tienes buen aspecto, pareces un poco enferma, llévalos por si acaso... te vez horrib-

𝕊𝕨𝕒𝕝𝕝𝕠𝕨𝕖𝕕 𝕓𝕪 𝕕𝕒𝕣𝕜𝕟𝕖𝕤𝕤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora