Introducción

268 6 0
                                    

¿Alguna vez has sentido ese tipo de tristeza que no te hace llorar? Es como una pena que te vacía por dentro, te deja pensando en todo y en nada a la vez, como si ya no fueras tú, como si te hubieran robado una parte del alma, ¿te suena? 

Mi nombre es Luis Fernando Vélez Gómez, tengo 23 años, resido actualmente en Caracas, Venezuela. En algún momento de mi vida, también extrañé a la persona que era y que, por alguna razón, había dejado de ser. Escribí Manifiesto del seré para tener control de mi salud mental. Básicamente son relatos de mi experiencia de vida contada desde mi perspectiva. Este proyecto no fue planificado hasta mediados del 2020. Fue mi diario personal y me ayudaba a drenar todos los pensamientos que ondeaban en mi cabeza y me mantenían intranquilo. 

La génesis de este diario parte en la ciudad que nunca duerme,Nueva York, donde estuve los últimos cinco meses del 2019. Para entrar en contexto, esta odisea comenzó en enero del 2019, cuando sufrí una ruptura amorosa con Vanessa, quien podría describir como mi primer amor, la persona con la que soñaba a futuro. 

Los meses por venir fueron verdaderamente tristes. Me encontré inmerso en un hueco de despecho y depresión. No me apetecía estar con otras mujeres, ni salir con mis amigos, ir a fiestas o, incluso,cumplir con mis responsabilidades. Estaba muerto en vida. Fue cuando tomé la decisión de salir un tiempo de Venezuela. Estuve un par de semanas en Bogotá con mi familia y no pasó nada. Finalmente, llegué a Nueva York, donde el cambio se percibió casi de inmediato. A partir de ahí, comencé a ver la luz al final del túnel. Creo que este sería un buen resumen para comenzar.

En vísperas de Año Nuevo decidí manifestar que mi año 2020 estaría lleno de cambios positivos y que yo manejaría mi actitud ante las circunstancias que se me presentaran. La mejor manera que encontré fue escribiendo la experiencia de los días más significativos, de mí para mí, en una hoja de Word. 

El objeto de este libro no es impresionar. No lo escribí para ser tu ejemplo, ni para decirte cómo debes vivir, ni mucho menos aprendas de mis experiencias. Escribo esto para expresar, para drenar. Quizás te ayude a desarrollar tu enfoque y tu identidad como persona, para sincerarte. Quizás cambies tu visión hacia mí y me tengas lástima. A lo mejor te rías de lo ridículo que puedo llegar a ser. Ya tendrás tiempo para elegir y aprender a pensar por ti, pero es importante que sepas que no estoy esperando nada de tu parte. 

Para cuando leas esto, es muy probable que sea un nuevo Luis, espero que uno mejor. Es natural en mí buscar ese cambio. Soy una persona muy autocompetitiva, es decir, siempre estoy tratando de ser mejor que "yo" en cualquier aspecto que me interese, pero eso es solo un dato adicional. Ahora bien, si decides continuar, pues bienvenido a la mente de un hombre promedio con sueños locos. 

Manifiesto del seréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora