Capítulo 2 - Análisis al espejo

96 5 0
                                    

Querido lector, te he abandonado por un tiempo. Mil disculpas al respecto, puedo explicarlo. Como buen adulto joven he estado demasiado ocupado perdiendo el tiempo o inventando alguna excusa para no escribir. Mientras, son muchos los acontecimientos que han sucedido desde nuestro último encuentro. Agradezco a la ciudad que marcó una diferencia importante en mi vida, Nueva York. Olvidé mencionar mi corta estadía en Bogotá y, por supuesto, se me pasó informar de mi regreso a esta "jungla de cemento", Caracas. 

Muchos sentimientos van y vienen, a cada rato, indetenibles como el tiempo. Sentimientos y pensamientos que se consumen mucho más rápido que una tarde de café y cigarrillo. Amo mi personalidad, lo apasionado que soy, la dedicación que le pongo a lo que quiero en verdad, lo alegre que suelo ser, la picardía con la que hablo, lo optimista ante la situación más oscura y mi osadía para afrontar el día a día. Odio cómo me excuso cuando algo no sale como quería, lo grosero que me pongo cuando estoy molesto, la ira que amenaza constantemente con liberar al demonio y todas aquellas veces en las que me contradigo. 

Al parecer, todo estamos rotos de alguna manera, ¿no? Luchamos una batalla personal de la que nuestro contexto no sabe nada al respecto. Entonces, ¿por qué desperdiciamos tanto tiempo deteniéndonos a criticar, a humillar, a envidiar? Dejen ser y dejen vivir. Nadie es absolutamente perfecto. Recuerda, querido lector, pasamos tanto tiempo dudando de nuestras capacidades mientras tantos otros tienen miedo de lo que somos capaces. 

Si bien he aprendido bastante para lo que va de año, es increíble lo que se ha movido este primer mes. Tantas muertes, catástrofes y enfermedades, casi como si en este año se acabara el mundo. Rescato una gran enseñanza: la vida tiene finales tan inesperados que no podemos perder el tiempo. Debemos empezar a vivir porque lo único que nos podemos llevar son los buenos recuerdos. Cada día confirmo más lo corta que es la vida, que un día más es, en realidad, un día menos. Poco apreciamos lo que tenemos alrededor. 

Hazte un favor hoy: abraza fuerte a tus padres y diles que los amas. Cuando extrañados te pregunten: "¿Qué te pasa?", respóndeles que solo se los quieres recordar más seguido. Oblígate a hacerlo siempre que puedas. Deja que tus hermanos menores te abracen, aunque eso te cause fastidio por alguna extraña razón. Escríbele a esa persona que extrañas para saber cómo se encuentra, no importa si es un familiar lejano, un viejo amor o un amigo que se alejó. Tenemos miedo de que la gente vea cómo somos y cómo demostramos nuestros sentimientos, a veces hasta nos sentimos estúpidos. No dejes que este pensamiento consuma tu amor hacia el mundo. Vergüenza debería darle a los que no son capaces de sentir o se mienten a sí mismos respecto a hacerlo. Un día la vida se acaba. En un momento el café se enfría. Si te descuidas un poco, el cigarrillo se lo consume el viento. En otra ocasión, se nos va un verdadero amor. Por mi parte, no sé cuándo volveré a tenerla oportunidad de salir con un amigo que ya no está. No lo pienses tanto, ve y hazlo. 


Caracas, 31 de enero del 2020. 21:20 pm

Manifiesto del seréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora