➳Capítulo 4★

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༘✶ ⁀➷【Sorpresa inadecuada】 

Mel sintió que su cama era más estrecha, y también escuchó unos ronquidos característicos. Al abrir los ojos se dio cuenta de que toda su familia se encontraba durmiendo en su cama. De inmediato sus mejillas adquirieron un color rojo tenue.

Qué vergüenza dormir con su familia, la idea de por sí le sonaba repugnante.

Su padre estaba a su izquierda roncando boca arriba, su madre al lado de su padre, y su hermano a su derecha con una pierna que descansaba en su abdomen.

Esto no puede estar pasando.

Covid abrió la puerta y entró con una sonrisa triunfante.

—Hola Mel, ¿Ya viste que sorpresa te preparé hoy? Ahora sí que parecen una familia unida, y como unidos que son, todos están contagiados.

—¿Por qué los trajiste a dormir conmigo? —reclamó Mel incorporándose.

Su padre empezaba a despertarse al igual que los demás.

—¿Mamá por qué estamos en el cuarto de Mel? —dijo Melvin somnoliento.

Covid aplaudió varias veces para que todos se despertaran. Su padre miró confundido el cuarto, y su madre pareció sorprendida. Su hermano volvió a recostarse restándole importancia a la situación.

—Bien Steiners —dijo Covid—, los espero a todos en la sala, hay reunión familiar.

Mel pensó que Covid era insolente. Para ser la encarnación de un virus debía ocuparse de sus asuntos y no fastidiar tanto a los demás. Quería echarlo a patadas de la casa, pero sabía que con él las cosas no funcionaban de esa manera.

Tenía muchas preguntas para hacerle, por eso la idea de una reunión familiar le entusiasmó.

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—Que sea rápido —dijo Mary—. En unos minutos tengo que ponerme unas mascarilla rejuvenecedora.

Todos estaban sentados en el mueble de la lujosa sala mientras Covid estaba de pie frente a ellos esperando para comenzar.

—¿Papá el tiempo se puede devolver? —preguntó Melvin.

—No, hijo, eso es imposible —respondió Robert.

—Entonces aunque mamá se ponga mascarillas rejuvenecedoras no podrás darle reversa a sus 50.

Melvin carcajeó en silencio mientras Covid carraspeó dispuesto a empezar. A Mel no le hizo gracia ese chiste. ¿Cómo él se atrevía a hablar así de su propia madre?

—Mis queridos Steiners, su situación es favorable. Tienen una casa; dinero suficiente para enfrentar los gastos, y su estado físico es estable, aunque deben comer mejor, hacer ejercicio, y dejar de pasar hambre solo por querer ser modelo de pasarela. —La miró al pronunciar las últimas palabras—. No sé cuánto tiempo vaya a quedarme con ustedes, aunque sí les soy sincero, me agradan tanto que quisiera quedarme para siempre.

Melvin levantó la mano, y Covid lo señaló para que hablara.

—¿Eres mágico?

—No, soy más bien un ser fantástico.

Mel levantó la mano indecisa, le daba pena que los demás vieran como ella dudaba, pero necesitaba saber cómo funcionaban las cosas con ese chico.

—¿Cada vez que una persona se infecta, alguien como tú llega a su casa?

—No, la mayoría son invisibles, solo unos cuantos se materializan, y yo quise hacerlo.

Mary levantó la mano.

Covid: Un giro inesperado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora