Sigue tus sueños
—Fueron buenos tiempos —dijo Robert desde la cama. Sus ojos estaban apagados y su rostro pálido—. La infancia siempre es un buen tiempo.
Mel bajó la cabeza y recordó la suya. Nunca fue como una niña normal, siempre tenía que maquillarse, aprender a usar tacones, comportarse como señorita…La menor travesura era castigada con severidad. No podía presumir de una buena infancia.
Una lágrima se asomó por sus ojos pero se la secó enseguida. Miró a su padre que le regalaba una pequeña sonrisa más quebrada que feliz.
—Sigue tus sueños Mel, si sientes que algo te hace vibrar el corazón, entonces ve tras ello. Manda al carajo a quién te detenga. Puede que fracases, pero siempre puedes empezar de nuevo.
Mel no supo en qué momento tenía las mejillas húmedas a causa de las lágrimas que bajaban por ellas. Sus ojos estaban tan aguados que veía borroso. Algo se le rompía dentro.
Se acercó a su padre y lo abrazó. Hacía mucho tiempo que no lo hacía. Ya hasta se le había olvidado la calidez que existía en aquellos brazos. Se aferraba con fuerza a un cuerpo con un destino incierto, un cuerpo próximo a expirar. Y le dolía, aquello le dolía.
Escuchó que alguien carraspeaba a sus espaldas.
—Mel querida, dentro de unos días es tu cumpleaños número 18 ¿Qué vas a querer? —dijo su madre interrumpiendo el momento—. Estaba pensando en…
Mel se separó de su padre y se secó el rostro con las manos.
—Quiero acuarelas, colores, lápices, libretas, todo tipo de pinturas. —Le dedicó una sonrisa a su madre mientras sus ojos se llenaban de entusiasmo—. Quiero pintar este mundo gris Mamá…quiero ser artista.
—¿Cómo que artista? —dijo Mary, sonreía de manera nerviosa—. Linda, esa gente no gana nada. Vivirás en un vertedero.
—Es mi vida, prefiero vivir debajo de un puente haciendo lo que me gusta que vivir en una casa de oro siendo infeliz.
—¿De dónde sacas esas ideas…? Tú serás administradora de empresas.
—No mamá, ya te dije lo que quiero, y mañana haré un retrato de mi padre.
Su madre la miró con un gesto de desdén.
—Me decepcionas Mel.
Mel sonrió con ironía sin importarle en lo más mínimo la opinión de su madre.
—Tú me decepcionas, tu egoísmo me decepciona, tu superficialidad me decepciona. —Mel se puso de pie y se acercó a su madre— ¿Y sabes lo que más me decepciona? Que hayas tomado la vida de una chica y la hayas deformado a tu antojo, que me hayas dañado de esta manera, que seas una madre fría y egocéntrica.
Los ojos de Mary se aguaron y su boca se apretó. Una lágrima rodó por su mejilla, y en su mirada se podía notar el dolor.
—Discúlpate.
—No, tú discúlpate —replicó Mel.
Su madre salió caminando con la espalda erguida y la frente en alto, tratando de mantener un orgullo destinado a caerse.
Mel le restó importancia, aunque en el fondo le dolía tener que enfrentar a la persona que se suponía que debía respetar.Volvió a sentarse en la esquina de la cama junto a su padre. Tomó de la mesa un libro y lo abrió.
—Papá, hay un libro que me gustaría leerte. Se llamaba “Amarte hasta los huesos”. Lo que acabas de decir, y el contenido en este libro son las dos cosas que me han motivado.
Su padre asintió con una tenue sonrisa y ella empezó a leer:
“El mundo se ve más cuesta arriba de la cuenta cuando no estamos en paz con nosotros mismo” Yo te puedo confirmar la veracidad de esta frase. Antes, cuando mi amor propio era un juego que perdía constantemente, el mundo siempre parecía ser un guerrillero listo para batallar contra mí, pero ahora, el mundo es el envase en donde vierto los colores de mis sueños.
No hay nadie como tú, esa es la verdad. Pero tampoco te creas superior a otros.
Muchos piensan que son un oasis en medio de un desierto, pero la realidad es que todos, sí, así como lo leíste, todos somos gotas de agua que caen sobre un oasis. Somos iguales, pero cada gota es importante. Somos como el uno que completa el 999,999.
Aunque por fuera tengamos apariencias diferentes, y en el fondo tengamos otro mundo, debajo de todas las capas, somos lo mismo.
Elena Harrinsom.
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☆ ° ✧· ★*¡Holis!
Bueno esto está más o menos arreglándose...¿o será solo una falsa calma?
Esperemos lo mejor.
No se olviden de votar y comentar.
Buena vibra para todos y nos leemos en la próxima.
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Covid: Un giro inesperado ©
Teen FictionImagina que el Covid-19 llegue a tu casa, pero no de la típica manera en la que te lo imaginas; con todos los síntomas y las complicaciones, sino en persona. Esto es lo que le ocurre a Mel Steiner. Ella recibe al Covid en carne y hueso. Con esta v...