PREFACIO

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No lo ves venir.


Confías en que tu vida es común, corriente, para nada singular y, sin embargo está ahí. Está ahí el cambio radical que puede llevarte a la gloria o la misma miseria. Un día estas en la universidad, probablemente trabajando después de terminar la jornada o puedes estar en un avión viajando a la cuidad de tus sueños, incluso más cerca de la tierra, puedes estar en la sala de un hospital.


Hay que gente pasa toda su vida creyendo que cosas cósmicas definen su vida. Que hay momentos de Sí y No. Que si la luna no está en una posición favorable para ti mejor que no hagas nada. El resto sabe que cada uno la define de con sus acciones. Yo estaba con ellos.


Yo creía en eso. Llamaba "estúpidos hippies" a quienes consultaban los astros antes de tomar una decisión. O lunáticos a los que creían en el karma. Yo era objetiva, científica y certera. Ella siempre se reía de esa parte mía. Ella era la excepción a la creencia.


A veces recapitulo cada vez que me detuvo antes de pasar por una escalera sin darse cuenta que con sus movimientos la estaba cruzando ella, tomar la vuelta si un gato negro quería cruzarse en nuestro camino o mantener un perfil bajo los Martes 13. No me importaba que lo hiciera, le preguntaba el porqué de su creer en aquellos cuentos de viejas y ella respondía:


≪Por si las moscas≫


No fue hasta los últimos meses que mi credo cambió. Pasar las horas en la habitación blanca que debería ser negra y, ver cómo llegan vidas mientas se van muchas más es lo que rectifica.


Porque, si eres objetivo y vives lo que yo viví comienzas a pensar si en verdad el astro no estuvo de tu lado, ¿porque ese gato se cruzó en aquel camino? Hay veces en el justo paga por el corrupto, aunque el justo no sea tan justo como para que se le perdone, pero sabemos que aun así es una injusticia. Creo que eso fue. Si, fue eso.


Y si, por otro lado, eres subjetivo y compruebas tu teoría... no haces más que martirizarte con doble sufrimiento, diciéndote que fue tu culpa por no haber ayudado al mendigo que te pidió dinero, por no haber rezado y cuando lo hacías solo pedias por ti, por darte cuenta que el karma del otro puede ser tuyo también.


Todavía me dan gana de llamar "charlatanes" a quienes leen la suerte en la calle, predicen el futuro y dan augurios. Una vez me dijeron que la muerte vendría y solo se llevaría una parte de mí, lo que quedase estaría en el órgano que tendemos a dibujar de otra manera. Lo interprete como cualquier persona lo haría: el cuerpo se va porque es tangible, pero son los sentimientos, los recuerdos, lo que logramos, son ellos los que quedan en el corazón. Es simple y cierto. Es neutral. Es ley de vida. A mi madre le escandalizó que le hablaran de muerte a una niña inocente, mamá era subjetiva, pero no tenía porque, todo eso es cierto. Nacemos, vivimos y morimos. Es un ciclo, un ciclo que debe cumplirse.


Pero no me gusto como se consumó el de ella. No me gusto que me comportase como todos los demás subjetivos, declarando que todo lo ocurrido fue culpa mía por no ser "buena" o porque lo merecía. Odio esa recriminación contra uno mismo que muchas veces no es justa


Objetivamente, hubo terceros. Terceros que fueron culpables, que cometieron faltas. ¡Negligencias!


Subjetivamente, creo que la escalera debí cruzarla yo.


Lo que queda de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora