~ Una Larga Noche ~

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Dos minutos que, para mí, fueron dos hermosas horas. El tiempo y la sensación hicieron que no pensara en nada más. Finalmente, Cristián alejó sus labios de los míos.

-Me gustas mucho, Luna. ¿Quieres ser mi novia? -dijo Cristián.

En ese momento desperté de todo pensamiento. ¿¡Qué acababa de hacer!? ¿¡Por qué besé a un chico!? No, no, esto no puede ser. Qué asco.

-Eh, ¿qué?... No, no, Cristián... Creo que estamos yendo muy rápido... Te conocí apenas hoy... Y, eh... Yo, mañana me voy de aquí, solo vine de visita con mis tíos. Yo... no me quedaré... Dios...

Pude ver la tristeza y decepción en la cara de Cristián. Era mi amigo y no quería verlo triste, pero no podía tener algo con él. Aunque él supiera que era yo, no podía...

-Perdón por besarte... -dijo Cristián.

-No te preocupes. Ambos nos dejamos llevar por el momento... Perdón igualmente si te hice ideas, no era mi intención, lo juro. Eres un chico muy guapo y con una gran personalidad. No soy la chica para ti, Cris. Espero que me entiendas.

-Sí, Luna, está bien. Gracias por ser honesta -dijo Cristián, con una pequeña sonrisa en su rostro.

-¡Luna! Hora de irnos -llamó mi mamá.

-Adiós, Cristian -le dije, dándole un beso en la mejilla, y me fui corriendo hacia mis padres.

Volteé una última vez antes de subir al auto y solo pude notar una sonrisa en su cara, su mano sosteniendo la mejilla donde lo besé y un par de lágrimas en el rostro. No sabía cómo sentirme. Yo había sufrido al ser ilusionado por las chicas tantas veces, y ahora yo era la chica que lo hacía... ¿Soy una mala persona?

-Hijo, reacciona. ¿Todo bien? -preguntó mamá.

-¿Eh? Sí, sí, todo bien -dije, despertando de mis pensamientos. Ya estaba en casa; me había quitado la peluca desde hacía rato. El calor que esa cosa da es insoportable. Pero el vestido, los tacones, las medias, las panties, el brasier... Todo eso ya no me incomodaba. De hecho, me sentía muy cómodo así.

-¿Ya te gustó usar el vestido o por qué no te lo quitas? Llevas casi una hora con él desde que llegamos.

-Perdón, es que estaba pensando en unas cosas. Creo que me apagué un momento.

-¿En qué pensabas? ¿En qué tan lindo te veías?

-No realmente... ¿Crees que me veía linda?

-Jajajaja. Tú siempre has sido guapo, y de niña no me fue la excepción. Me impresionó mucho el buen resultado conseguido contigo. Parece que nadie te reconoció, ni siquiera Cristián... ¿Besa bien?

Me quiero morir... Lo sabía, mamá siempre lo sabe todo... Hasta esto... No puede ser.

-Eh, ¿qué? No, yo... No, es... ¿Por qué? -comencé a ponerme muy nervioso, al punto de ir al baño a vomitar.

-¡Perdón! No quería ser imprudente. Perdón, hijo. ¿Estás bien? ¿Quieres algo?

Solo vomitaba, no podía responder nada. Solo oí a mamá alejarse, mientras yo seguía abrazando el retrete. Estuve así casi siete minutos, cuando por fin dejé de vomitar. Me quité todo el conjunto del vestido y lo arrojé lejos de mí. Abrí la llave de la regadera y comencé a bañarme; me sentía tan sucio, y no solo por vomitar. Me senté en posición fetal y comencé a llorar, preguntándome a mí mismo: "¿Por qué? ¿Por qué lo besé?"

Al parecer, mi llanto llegó a oídos de mamá. Ya nada de ella me sorprendería.

-Hijo, ¿estás bien? -preguntó mamá.

-... Sí... Eh, sí, mami. Todo bien... Solo... Quise darme un baño para aliviar el mareo.

-Está bien. Cuando salgas, si quieres, ven a mi cuarto. Quiero hablar. Si no quieres, puedes irte a dormir.

Volví a oír sus pasos alejándose. Me paré y seguí con mi baño. Al terminar, me puse una toalla alrededor de la cintura y procedí a salir del baño. Antes de hacerlo, le eché un último vistazo a la ropa que dejé ahí arrojada.

"Si no fueras de mi hermana, te quemaría", pensé.

Fui a mi habitación, me puse algo para estar fresco: un pantalón holgado y una playera delgada. Pensé en solo irme a dormir y olvidar todo... Pero, ¿qué me querrá decir mamá? Ella no merece que la ignore; ella no hizo nada malo, solo hizo una pregunta. Finalmente, decidí ir a su habitación.

-Toc, toc... ¿Puedo pasar? -dije, tocando la puerta.

-Adelante -respondió mamá.

Entré con la cabeza agachada en todo momento y me quedé parado frente a ella, que estaba sentada en su cama.

-Ven, cielo. Siéntate -dijo mamá.

Fui hasta su cama y me senté junto a ella. De pronto, las lágrimas regresaron. Mamá me abrazó fuertemente.

-Perdón, mamá -dije con mucha dificultad; las palabras no me salían claras.

-¿Por qué? No hiciste nada malo, hijo. Perdóname tú a mí; no debí decir eso... Creo que me dejé llevar por la emoción.

-¿Emoción? -dije, balbuceando.

-Nunca conocí a ninguna novia tuya, al menos no formalmente. Siempre he querido verte crecer, ver cómo te enamoras, cómo maduras, y para todo siempre estaré contigo, hijo. Y hoy, cuando te perdí de vista después de comer, decidí ir a buscarte y mi grata sorpresa fue verte besando a Cristián a la luz de la luna, con esa bella música de fondo. Más ver tu pie en alto, sabía que en serio lo disfrutabas y eso me emocionó. Ver cómo ya no eras mi pequeño, que ya eras alguien que toma sus decisiones y es maduro para algo así.

-Pero... No era yo, al menos no exactamente... Creo que sentirme "linda", como dijiste, me hizo tomar muy en serio este rol... Y es como si Luna hubiera tomado mi cuerpo y yo hubiera desaparecido... Pero al final, yo lo hice... Lo... Lo besé -comencé a llorar otra vez.

-Eso no tiene nada de malo, cariño. Es un gusto nada más.

-Pero yo soy chico... No se supone que me gusten los chicos... A mí me gustan las mujeres... ¿O no?

-No lo sé... Tú dime.

-No lo sé, mami. Estoy muy confundida... ¡CONFUNDIDO! ¡Ah! ¿¡Qué me pasa!?

-Tranquilo, cielo. Estás confundido; ha sido un largo día.

-Y una larga noche...

-Bueno, ve a dormir. Mañana hablamos con más calma... Intenta descansar.

-Ok... Descansa, mamá. Te amo.

-Y yo a ti. Linda noche.

Me fui a mi cuarto, cerré la puerta y me metí en la cama. Comencé a llorar otra vez. Estuve llorando por horas, no entendía qué pasaba conmigo. ¿Por qué lo besé? ¿En serio me gustaba? Cuando miré, ya se veían los rayos del sol. No quería ir a la escuela... No hoy. Solo me tapé con las cobijas y por fin pude dormir... Fue una larga noche.

Vestido Como Novia Para Una FiestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora