~ Decisión ~

217 11 0
                                    

Después de colgar la llamada, me sentí liberada por un momento. Pero al voltear, vi a mamá observándome con una mezcla de asombro, susto y una pizca de admiración. Sus ojos estaban grandes, como si no pudieran creer lo que acababa de pasar.

—¿Estás bien, mi amor? —me preguntó con voz temblorosa.

No podía evitar sentirme un poco orgullosa de mi valentía, pero también sabía que la situación era peligrosa. Mamá, aunque claramente impresionada por mi determinación, parecía preocupada. El miedo a que papá pudiera hacer alguna locura era evidente en su rostro.

—Estoy bien, mamá —le dije, intentando sonar tranquila—. Pero creo que necesitamos estar preparadas. No sé lo qué pueda hacer, pero estoy lista para enfrentar lo que venga.

Mamá asintió, y aunque su preocupación era palpable, intentó mantener la calma para no alarmarme más. La tensión en el aire era densa, y sabíamos que no había vuelta atrás. Lo que había dicho estaba hecho, y ahora debíamos enfrentar las consecuencias.

Con tanto en la cabeza, mamá comenzó a reflexionar sobre lo que había dicho: "ahora voy a vivir como una chica". La frase resonaba en su mente, y una mezcla de preocupación y confusión se apoderó de ella.

Finalmente, con una expresión de incertidumbre en el rostro, se acercó a mí y me miró directamente a los ojos.

—¿Es en serio, cariño? —preguntó con voz suave, pero cargada de inquietud—. ¿Ahora vas a vivir como una chica? ¿O fue solo algo que dijiste por el calor del momento?

La pregunta estaba cargada de la preocupación de una madre que no sabía qué esperar. Vi su rostro reflejar un torbellino de emociones mientras esperaba mi respuesta, y supe que este era un momento decisivo para ambos.

Miré el suelo un momento, sintiendo el calor de la vergüenza y la incertidumbre en mi rostro. Había encontrado un equilibrio entre ser un chico y una chica, pero ser Luna se sentía correcto, natural. Sentía que esa era mi verdadera identidad.

Finalmente, levanté la vista y miré a mi madre, con lágrimas comenzando a asomarse en mis ojos. Con un susurro cargado de vulnerabilidad, le pregunté:

—¿Puedo ser tu Luna siempre?

Mamá, con lágrimas en los ojos, me abrazó con fuerza, como si intentara transmitir todo su amor y apoyo a través de ese gesto. Me dio un beso en la frente, y en ese momento, su abrazo y su silencio dijeron más que cualquier palabra.

Vestido Como Novia Para Una FiestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora