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Pasaron los años, donde habían sucedido muchas cosas, la primera es que volvía a salir embarazada de gemelos  tres años después de tener a Hurrem, a quienes les pusieron el nombre de Mihrimah y Nurbanu. También de su vientre nació Safiye y Kasim. 

Al príncipe Cihangir lo casaron con la hija del Khan de Crimea y lo convirtieron en el Gran Visir del Imperio Otomano llegando a tener una sultana de nombre Esmahan y un sehzade de nombre Mustafa. 

Las relaciones políticas extranjeras mejoraron, realizando pactos y acuerdos comerciales que salían provechosos a todos los países involucrados. 

La sultana Mihrimah se casó con un pasha del  cual se enamoró y tuvo un sultans de nombre Osman. 

Su majestad no volvió a tener ninguna favorita y el harem fue casi deshecho, dejando a muchas mujeres libres, pero no desamparadas.

Cuando el sehzade Mehmet tomó el trono, Ismahan Hakesi Kadin pasó a llamarse Ismahan Hakesi Sultan.

Su majestad si llegó a tener otra consorte, una que se había aprovechado de una pelea y se metió a los aposentos del sultán y lo emborrachó, felizmente solo tuvo una hija y despues de eso se le dio plantas que la dejaran esteril de por vida. No se le dio ningun titulo y su sueldo era poco. La niña era una hermosa niña, pero como su madre.

Sus hijos se casaron con personas por amor, la más grande sorpresa fue que Kasim se enamoró de la hija de un zar, hija única. Después de la boda se mudó definitivamente  a las tierras de su esposa.

Y por último ella misma educó a una concubina llamada Fátima, una inglesa que escogió para su león y futuro Sultán, una hermosa, inteligente y buena mujer para su hijo. 

No toda su vida fue hermosa, pero aprendió amar su vida, disfrutando los buenos y malos momentos...



FIN

FIN

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