Mi vida no fue fácil, varios obstáculos se hicieron presentes en mi camino, pero los supere con valor e inteligencia.
Fui una Lady y luego me convertí en una esclava del imperio otomano donde fui la criada de la sultana Mihrimah y concubina del sehz...
El sultán llegó junto a su hijo de la campaña, con la victoria asegurada y la boda a puertas de comenzar.
Todo estaba preparado, cuando el sultán llegó y todos salieron de sus casas para ver el recorrido hasta el palacio, todo el mundo salió al Sultán y el príncipe. Eso llegada se repartió oro a todos los habitantes de la capital.
El día que llegó, el príncipe se enteró de su boda, se alegró mucho, pues la amaba, pero no estaba seguro de casarse con ella, por eso de que nunca un príncipe antes se había casado, sólo algunos sultanes y eso que fueron muy pocos.
El tercer día de su llegada, el jardín se veía hermoso, las mujeres a un lado y los hombres al otro, Ismahan no sabía nada.
Narra Ismahan
Estaba cepillando el cabello cuando un Aga entra a mis aposentos, Orhan se removió de la cama al ver el eunuco.
- Kadin - le dijo - el príncipe estreno jardines
- Tienes idea del porqué.
El eunuco negó.
- No, Kadin
Ella no supo qué pensar
- Firial, puedes traer mi abrigo por favor.
Luego de que Firial encajera mi abrigo, seguí al eunuco Al llegar al jardín puede ver que estaba muy bien decorado y había mucha gente, lo cual no sabía porque y me sorprendí.
- Ismahan
- Qué sucede? - preguntó
- Ven
Ella lo siguió y vio que caminaban hasta llegar a un toldo Donde había un hombre sentado con algunos alrededor
- A dónde me llevas? - volvió a preguntar
- Shuuu
A llegar pudo ver que los hombres oraban y movían la cabeza afirmativamente. No logró Escuchar mucho sólo que al final firmaron un papel. Al acabar de firmar hicieron una reverencia. Hizo una mueca, pues no entendía nada.
- Es una boda - dijo Mehmet
- De quién? - preguntó confundida.
- De nosotros Ismahan - le dijo sosteniendo las manos.
Ella se dio vuelta, pues estaba sorprendida. Los Príncipes no se casaban sólo los sultanes era lo que sabía y eso que tampoco los sultanes se casaban seguido, fueron muy pocos los que se llegaron a casar.
- Cómo?
- Mi padre nos dio permiso, ahora eres una mujer libre, eso fue su regalo de él para ti, nuestro matrimonio, el sello de nuestro amor.
Y yo sólo sonreí, una risa de felicidad y se lanzó a los brazos de Mehmet.
- Estás contenta?
- Muy contenta
Observó cómo le ponían henna sus brazos, toda su ropa de color rojo, que representaba la felicidad de la novia. Nunca pensó que se casaría, pero lo había hecho. Era la esposa legal legítima el príncipe Mehmet duró Sultán. Sólo cuatro mujeres lo habían conseguido antes Nurbanu, Safiye, Ayse y Hurrem. Y ahora ella.
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Al estar en los aposentos del príncipe no se arrodillo como de costumbre, pues ahora era su esposa una mujer libre. Esa noche se entregó completamente al príncipe e hicieron el amor durante horas, demostrándose todo el amor que se tenían.
Ella sabía que era muy probable que cuando fuera Sultán se acostara con otras mujeres, hacer príncipe helado no tenía tanto compromiso de mantener su harem, pero una vez que fuera fruta iba a hacerlo casi imposible no utilizarlo.
Pero ella sabía que iba a ser de todo para que ninguna mujer le quitará el amor de Mehmet, él sólo iba a ser de ella, no iba a compartir su amor, iba a ser la digna sucesora de Hurrem Sultan, no iba a permitir que ninguna mujer se metiera a sus aposentos, si ella podía evitarlo. Somos iba a ser recordado como el de Su Majestad el Sultán Suleiman y Hurrem, amor igual traspasar fronteras y nunca iba a ser olvidado.
Pero para eso iba a hacer todo lo posible para que su príncipe fuera Sultán, ella no era la consorte de un Sultán ni tampoco la del príncipe heredero a la corona, ella la de un segundo, pero eso no la iba a detener, iba a lograr sus metas con ayuda de la sultana Mihrimah, y no iba a ver a sus hijos padecer por el verdugo.