SULTANA

4

Desperté con el sol en mi cara. Había pasado mucho tiempo que no había dormido una cama tan suave.

- Ya despertastes - era el príncipe y me di cuenta que lo que había sucedido anoche no he sido producto de mi imaginación.

- Sehzade - le dije, abriendo los ojos encontrándome con su rostro sereno. 

- Debo levantarme o si no Llegaré tarde a la caza. 

- ¿Caza? 

- Si, mi padre y yo pasamos cada vez que podemos 

- ¿Puedo ir mi señor?- pregunté, realmente me gustaba cazar, mi padre me había enseñado desde muy chica, pues era algo que le gustaba mucho. 

- Esto no es para damas - me dijo

- No para todas, mi padre me enseñó desde muy chica 

- ¿en serio? 

- Desde muy chica acompañaba mi padre siempre a sus cacerías. 

- Realmente no lo molestaré mi señor 

El Volteo a verme, y me puede dar cuenta que lo había convencido, me iba a llevar con él a casar.

En ese momento me encontraba arrodillada en la cama con la sábana tirando para cubrir mi desnudez.

Sonreí, girando de sus hombros lo que usted de nuevo en la cama y me subí encima de él.

Luego de acabar y vestirnos me dio una mala sensación, como si algo terrible estuviera por suceder.

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Cuánta razón tenía. 

Había rezado muchas veces al rezar al palacio que ya había perdido la cuenta. 

La casa había sido un total desastre, estuvo a punto de suceder una tragedia. 

Alguien había intentado matar al príncipe Mehemd, alguien había intentado mientras que cazabamos. Nos habíamos alejado de los demás para poder percibir una presa, el silencio luego de haber atrapado a la presa fue total, algo que en un bosque no podía suceder, pues había muchos animales y el viento estaba fuerte. El silencio fue tal que comencé a mirar a mi alrededor y rápidamente noté un movimiento entre los arbustos. 

Y mi corazón comenzó a latir  fuerte, corri y grité el nombre del príncipe, justo cuando la flecha se soltó y el volteo, justo cuando la flecha había fallado.

Cuando él se dio cuenta de lo que había sucedido, gritó por los guardias y corrió a percibir el extraño. Mientras eso sucedía me quedé temblando, entiendo las nadie más bajar por mi cara. 

Cuando llegaron los guardias y lograron alcanzar al que lo había intentado matar.El príncipe lo traía. Cuando me vio llorando y no me y me abrazó. 

- Me salvaste la vida Yasemin, puedes pedirme lo que quieras. 

Yo sólo tiene abrazarlo fuertemente, todavía temblando. 

- Llévame a todo lugar donde vayas, nunca me dejes sola - el único que puede decirle. 

- Donde yo vaya te llevaré 

Y gracias a esas palabras el camino se aclaró y prometí protegerte de todo peligro al príncipe. Y junto con el que había intentado matarlo llegamos al palacio, para su interrogatorio.