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❧ 𝙷𝚞𝚒𝚍𝚊 ☙
El barco aterrizó en tierras conocidas. El suspiro cansado abandono varios labios mientras se apresuraban a bajar para volver a casa para pasar momentos felices antes de que estallara la guerra. Tendrían que estar listos para enfrentarse a lo que se vecinaba
—¿Qué ha pasado en nuestra ausencia? —cuestionó Hange acercándose a Pixis y Nile, quienes les daban la bienvenida. Pronto tendrían una reunión para hablar sobre todo lo que habían visto y oído. Las miradas que reflejaban sus rostros dejaba interpretar las malas noticias, pero nadie mencionó ninguna palabra respecto a eso.
— Nada interesante. —respondió Pixis siguiéndoles el paso—. Han llegado justo a tiempo para la inauguración del tren. Espero que haya alcohol...
La voz del hombre fue disolviéndose en el aire y en la lejanía. Freya y Eren fueron los últimos en bajar, no por pereza o cansancio, sino por la desolación de sus cuerpos. Ya no tenían otra motivación para seguir adelante, más que hacer el retumbar. Habían zarpado con ilusión de encontrar varias maneras de cambiar el futuro, pero se llevaron duras decepciones.
— ¡Oigan! —Floch se interpuso en su camino y miró a sus costados para asegurarse que no había nadie cerca. Comenzó a andar a la par queriendo no levantar sospechas—. ¿Qué tal ha estado el viaje? —siguió hablando en voz alta y se metió en medio de los hermanos colocando sus brazos sobre los hombros de ambos. Demasiado cerca para que no los escucharan—. Finjan contarme algo interesante. Tengo un mensaje para ustedes.
— ¿Puedes quitar tu brazo de mi hombro? —gruñó la rubia actuando como lo haría normalmente. Si permanecía cerca de Floch para oírlo podría ser sospechoso para los demás. Freya no toleraba el contacto físico con personas que no fueran cercanas a ella.
— Ya, lo siento. —rió apartando su brazo, pero dejando el otro en el hombro de Eren—. Como sea, Yelena quiere verlos. —susurró demasiado bajo sin quitar la sonrisa en su rostro—. Se trata sobre Zeke y su plan secreto.
— ¿Puedes ayudarnos? —pidió Eren mirándolo de reojo. Cruzó sus brazos pensando en las decisiones arriesgadas que tomaría. Cada vez que avanzaba se daba cuenta de la verdad de aquel final.
— En una semana es la inauguración Floch, deja de molestar. —habló Freya dándole un mensaje oculto—. Cuando tengas algo mejor que decirnos búscanos. O mejor aún, cuando tengas vino y cerveza acércate a nosotros. —palmeó el hombro del pelirrojo avanzando más rápido para despistar a los demás—. Deberías buscar un buen lugar para esta noche o te resfriaras, idiota.
Esperaba que aquel tonto fuera lo suficientemente inteligente para descifrar las intenciones en sus palabras. Si todo salía como esperaba se reuniría con Yelena aquella noche y se irían lejos.
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