𝕿𝖗𝖊𝖈𝖊

299 31 4
                                    

Medio año había pasado, ¿quién diría que el tiempo pasa tan rápido?, para Sawamura a penas ayer se encontraba en esa gran institución con personas de su clase y una vida totalmente diferente. A pesar de los meses que habían transcurrido, el castaño aún no les había informado de su verdadera identidad a Okumura y Shunpei, siempre con la excusa de no encontrar el momento perfecto.
Eijun se encontraba solo en ese momento, pensando en lo que haría con sus amigos que a cada segundo sospechaban más de él, de que algo ocultaba, más aún el rubio con su forma tan analítica de ser.

-Eijun aquí estás, desapareciste de repente y me asusté.- su amigo pelirosa había aparecido de repente logrando darle un pequeño susto.

-Fuiste tu quién me asusto...- soltó un suspiro tratando de regular sus rápidos latidos, mientras que Haruichi reía levemente disculpandose.

-¿Qué es lo que ocurre?, últimamente estás más distraído de lo normal.-

-Es solo que...me siento horrible ocultandole la verdad a mis amigos, de quien soy, de mi yo real...-

-Eijun lo haces por tu bien, nadie tiene el derecho a juzgar tus acciones.-

-Lo sé es solo que...tengo terror a que crean que no confío en ellos. Nunca he tenido tantos amigos así que la idea de perderlos me duele...- Sawamura miró fijamente al Kominato menor, sus ojos estaban cristalinos, se podía notar el dolor y pesar en su rostro.

-Si quieres puedo ayudarte, estar ahí contigo cuando lo hagas. Solo quiero que sepas que ya no estás solo Eijun, estoy aquí contigo y no pienso dejarte solo.- el pelirosa tomo las manos del ojiambar con fuerza, intentando transmitirle confianza y cariño. Un cariño que él le tenía.

-Gracias Harucchi...- el castaño en un movimineto inesperado para el contrario, abrazó fuertemente a Haruichi, el pelirosa en un comienzo no supo como reaccinar pero finalmente recibió el contacto gustoso devolviendolo con la misma intensidad.

-Será mejor volver o los demás se preocuparan.- ambos se dirigieron hacía la cafetería donde se encontrarían con el resto del grupo, Eijun un poco mas tranquilo y con la sufuciente confianza para confesar su verdad ese mismo día a las únicas dos personas importantes que aún no la sabían.

-Por fin llegan!! creí que debía ir a buscarlos.- Kuramochi se apartó un poco para que su kohai favorito se sentara junto a él, plan que funcionó a la perfeccion.

-Lo siento Kuramochi-senpai, estaba algo distraído y el tiempo se me fue.- sonrió apenado.

-Esta bien...pero no desaparezcas de repente, es peligroso.- el enérgico hijo de Ares se había sonrojado por solo ver la sonrisa del menor. 

-Okumura y Sanada-senpai hay algo que debo decriles...¿luego de clases estaría bien para ustedes?- el castaño los miro algo afligido cosa que alarmó a todos.

-Claro, no hay problema.- contestó Shunpei.

-Esta bien por mi Eijun.- siguió Koushuu.

Sawamura un poco más calmado continuó con su almuerzo, para sorpresa de todo el enérgico chico se mostraba algo decaído y distante, casi no participaba en sus conversaciones y eso les preocupó aún más. Por esa razón hablarían antes con el castaño para saber que le sucedía y si eso que tenía que hablar con sus otros dos amigos era algo tan importante como para que su estado este de esa manera.

 Por esa razón hablarían antes con el castaño para saber que le sucedía y si eso que tenía que hablar con sus otros dos amigos era algo tan importante como para que su estado este de esa manera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝕯𝖎𝖔𝖘𝖊𝖘 𝕰𝖝𝖙𝖎𝖓𝖙𝖔𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora