𝕯𝖎𝖔𝖘𝖊𝖘 𝕰𝖝𝖙𝖎𝖓𝖙𝖔𝖘

𝕮𝖆𝖙𝖔𝖗𝖈𝖊

-Un festival se hará el próximo mes por lo que esta semana deberán decidir lo que su curso piensa hacer. Podrán invitar a su familia, no será abierto al piblico por cuestiones de seguridad pero les aseguro que la directiva pondrá todo de si para que la pasen bien.- Kataoka le informaba a sus alumnos de primer año el festival que tenían planeado, algo para que los jóvenes se distraigan un poco de sus entrenamientos y exámenes.
-Los delegados de la clase pasen al frente y háganlo a votación.-

Un chico y una chica se acercaron al frente del salón, Eijun se encontraba distraído en su propio mundo por lo que no escuchó cuando todos decidían hacer un café solo que algo diferente.
Al cabo de unos segundos donde escuchaban su nombre a la legania, el castaño reaccionó y allí pudo ver como todos lo miraban.

-Entonces Sawamura ¿aceptas lo que te pedí?- no sabía que le había pedido pero para no parecer un tonto distraído aceptó sin problemas.

-Claro!! no tengo problema con...eso.- sonrió nervioso.

-Genial!!, a partir de mañana comenzaremos con los preparativos.- dijo entusiasmada la chica.

Tenía curiosidad por la conversación que habían tenido pero prefirió no darle más vueltas y prestar atención a la clase de literatura.
La ahora pasaron y el almuerzo había llegado por lo que los cuatro chicos de primer año se encaminaron a la cafeteria para ver a los demás.

-¿Qué harán para el festival?- preguntó Chris.

-Un café.- respondió el Kominato menor, ahí fue donde una de las dudas de Sawamura se había ido, al menos ya tenía una idea de lo que su clase haría.

-Nostros un puesto para ganar premios, se nos hizo algo divertido.- sonrió Kuramochi.

-Sus padres sí que tienen dinero...- comentó como si nada Eijun.

-¿Acaso los tuyos no?- dijo con obviedad Mei.

-No, vivo en un pequeño pueblo y una casa que seguro es del tamaño de su habitación. No nací con lujos como ustedes.-

-¿Cómo fue que "ya sabes quién" se fijó en tu madre?- preguntó curioso Miyuki.

-Mi mamá siempre me contaba esa historia...- sonrió nostálgico- cuando ella era joven le encantaba viajar por todo el país, siempre fue una mujer muy libre, en uno de esos viajes fue que se encontró con él. Un hombre muy apuesto y con gran porte e inteligencia, dijo que se enamoraron de inmediato pero que debido a las reglas de los Dioses no pudieron permanecer juntos. Su relación duró un año y luego de eso no lo volvió a ver...y allí fue donde yo nací- soltó una pequeña carcajada- dice que tengo algunos gestos suyos...yo sé que lo extraña mucho por esa razón tenía tanto miedo a dejarme ir.-

-Eso es muy lindo Eijun...- le dijo Haruichi.

-Mi padre nunca me cuenta sobre mi madre, es como si siempre evitara el tema.- soltó Furuya.

-No eres el único, mi mamá tampoco me habla sobre él.- comentó Miyuki mientras jugaba con su comida.

-Eres el único con buenos relatos sobre su padre Sawamura.- Yuki le sonrió de lado.

-Lo siento mucho...no quería hacerlos sentir mal.-

-No es tu culpa, nosotros preguntamos, además estamos acostumbrados a ello.- le dijo Ryo restandole importancia.

El resto del almuerzo decidieron cambiar de tema, la relación con sus respectivos padres y madres Dioses era algo delicado para todos, de alguna manera envidiaba a Eijun ya que él si tenía algún tipo de conexión con Zeus aunque fuera solo una historia por parte de su madre.
Por otro lado Sawamura no sentía que fuera la gran cosa ya que nunca lo conoció y nunca lo necesitó, solo eran su madre y abuelo por lo que la figura paterna no era algo en su vida y tampoco se lo planteó alguna vez.