𝕯𝖎𝖔𝖘𝖊𝖘 𝕰𝖝𝖙𝖎𝖓𝖙𝖔𝖘

𝕿𝖗𝖊𝖘

Las primeras clases, para suerte de Eijun, había transcurrido rápido por ser el primer día. No podía evitar sentirse incómodo debido a todas las miradas que se posaban en él, y ¿cómo no? era un supuesto hijo del mismísimo Ares.
Sawamura se arrepentía con su vida haber mentido al respecto, tanto por ética personal como por toda la atención que estaba teniendo en esos momentos, además del miedo a cruzarse con el verdadero hijo o hija del Dios de la guerra.

El castaño se encontraba en la cafetería, una inmensa y hermosa cafetería, con platillos de los países que se te pudieran ocurrir, iluminación espectacular y alumnos por todos lados. En eso Haruichi lo llama desde una mesa donde estaba repleta de otros chicos más, por alguna razón un escalofrío recorrió su espalda pero prefirió ignorarlo y acercase a la dichosa mesa.

—Hola Eijun, saliste corriendo del salón así que no te pude invitar a almorzar conmigo.

—Oh si...lo siento solo necesitaba...aire. —suspiró al final.

—Haruichi ¿quién es él? —preguntó un chico muy parecido al pelirosa pero este tenía los ojos rasgados y parecía más bajo en estatura.

—Sawamura Eijun, es un compañero de mi clase. Además de ser uno de los nuestros. —lo último pareció decirlo con cierta emoción en su voz cosa que intrigó al castaño.

—¿De ustedes? —preguntó Sawamura.

—Si, semidiós griego. —dijo simplemente.

—¡¿Qué?! —dijeron todos en la mesa, incluyendo a Eijun.

—No puede ser, encontramos a uno más. —un chico cacheton había hablado.

—¿Uno más...? —estaba tan confundido que ya seguro parecía un idiota por estar preguntando cada cosa que decían.

—Furuya Satoru ¿lo recuerdas? señalo a un chico a su lado—, también es de nuestra clase.

—Oh claro...

—Entonces, ¿quién es tu padre o madre? —preguntó esta vez un peliverde con actitud de yankee.

—E-Eh...mi padre es...

¿Qué diría?, ellos eran hijos de Dioses griegos y lo más seguro es que uno de ellos sea el verdadero hijo de Ares. Estaba enterrado hasta el cuello.

»¿Saben algo?, debo irme hay algo muy importante que necesito hacer.

—¿Importante? —Haruichi claro que  había notado que su nuevo amigo estaba evitando la pregunta.

—Muy, muy importante así es...me retiro ya, fue un gusto. —hizo una reverencia y a paso rápido salió de la cafetería, todo hambre existente había desaparecido.

—Que raro chico, ¿estás seguro que es uno de los nuestros. —preguntó uno de ellos.

—Si, en clases nos pidieron decir de quién éramos hijos y el contesto que su padre era Ares. Así que Kuramochi-senpai tiene un hermano perdido. —lo último lo dijo con cierta diversión pero al ver la cara asesina del mayor prefirió callarse.

—¿Qué haz dicho? —dijo el peliverde.

—Que es hijo de Ares...Kuramochi-senpai.

—¡Es imposible! lo sabría si así fuera.

Estaba un poco enojado, por el hecho de ser engañado y porque al parecer aquel chico tenía vergüenza de su procedencia y eso era inadmisible.

—Cálmate Mochi, ahora tienes un hermanito al cual cuidar. —dijo divertido un chico de lentes y sonrisa macabra.