"Good Omens es propiedad de Terry Pratchett y Neil Gaiman"
Después de ver todas las llamadas de Beelz, Anathema se despidió de las comodidades de la vida de ser una abogada con salario fijo, abrazó la almohada de color blanco un poco más colocándosela en el rostro, mientras sentía como las fuerzas y ganas de levantarse del sofá de la suite, abandonaban su cuerpo.
—¡Por Satán! — murmuró el pelirrojo, intentando jalarla de los pies para sacarla del sillón, mientras Aziraphale dormía aun en la otra habitación — ¡Viniste sin permiso hasta acá!
—¡Sí!, no me recuerde que, por ayudarlos a ustedes, acabó de cavar mi propia tumba — se quejó la jovencita hundiéndose en el mullido sofá.
—Puedes mentir — sugirió el pelirrojo, aunque viendo la congoja de la jovencita se dio cuenta que era una pésima idea.
—No, soy malísima para mentir, es decir, miré, simplemente no puedo llegar con mi jefa y explicarle que me fugué a Paris a seguir el anheló de juntarlos — se lamentó abrazando más la almohada de plumas — sabe lo patético que suena eso.
—No menos patético que dos amigos que se amaban por al menos diez años, y no se decían las cosas de frente hasta que una mocosa entrometida los ayudo — le reconoció el pelirrojo, provocando que la morena se quitara la almohada de la cara, la sonrisa genuina del coordinador fue lo que necesitaba para cerciorarse de que había hecho lo correcto.
—Señor Crowley, gracias — murmuró ella, saliendo de su escondite, el pelirrojo le tendió la mano y le dio un abrazo.
—Pensé que jamás podría disfrutar al imbécil que esta dormido en mi suite, no sé qué hayas hecho, pero te lo agradezco — comentó sonriendo, ella se apenó un poco alejándose para evitar otro mal entendido, aún era caminar sobre el lodo su relación con el señor Fell — si Beelz no entiende eso, diablos, que yo te daré una segunda oportunidad en cualquier otra área.
—No, debó ser valiente, y llamarle a mi jefa, digo... se que se enojara, y quiera mi cabeza en una vara, pero bueno, si no soy sincera, yo quisiera mi cabeza en un palo también.
—Dejen de hablar de brochetas — murmuró la voz de Aziraphale acercándose a ellos. Sonaba terrible, tenía una resaca y lucía pésimo, Crowley corrió dejando a Anathema para darle un beso en la mejilla, y de nuevo la jovencita sintió que, aunque la echarán del trabajo, ver a esos dos juntos valía totalmente la pena.
—¿Cómo se encuentra señor Fell? — comentó la jovencita, viendo como Crowley le acercaba un vaso de agua y una aspirina al rubio quien se dejaba caer pesadamente en el sofá a lado de ella.
—¡Estoy mejor! — dijo sonriéndole a ambos — escuché tu platica con Crowley, creo que puedo calmar a Beelz, pero no diría lo mismo de Satanás, fue terriblemente egoísta de mi parte arrastrar a Anathema aquí, y debó confesarlo a el consejo directivo.
—Aziraphale, es un pésimo plan, como una persona tan inteligente puede ser tan tonta — lo regaño Crowley, quien recibió una mueca del rubio como respuesta — Anathema, es mejor que te inventes algo, es decir, has visto a Baal enojada, no es algo agradable de ver.
La morena lanzó un suspiro y contesto el ultimo timbrazo de Beelz, quien parecía fuera de sí, preguntándole si estaba bien, y después de comprobarlo, le soltó una sarta de malas palabras relacionadas a la responsabilidad.
—Si, a decir verdad, tuve un contratiempo — no era del todo una mentira, pero era más cómodo que decir que por sus aires de celestina ahora estaba en un aprieto.
—¡Necesito que me avises de tus faltas, jovencita! — le gritó la abogada del otro lado de la línea, quien intentaba caminar con un montón de expedientes en las manos, Anathema estaba intentando estar tranquila mientras escuchaba un enorme alboroto y seguido de un grito de Beelz, la línea se perdió de pronto.
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The Shipper
FanfictionUn puesto importante, unos jefes peculiares, un instinto casi asesino por que ambos quedaran juntos, son los problemas cotidianos que tiene la joven Anathema Device en el Corporativo Pixop. Comisión realizada por Freedomattack. Angel Azirafel en Fa...