Uno

12.3K 704 231
                                    

Despertó con dolor de cabeza, al intentar levantarse se dio cuenta de algunas cosas. Como que no estaba en su habitación, no estaba solo y estaba desnudo.

Todos los recuerdos llegaron de golpe.

A su lado dormía Bakugo con una mano en su cintura, Shoto, al intentar levantarse, cayó por el dolor de cadera; despertando a su acompañante.

Se vieron, pasmados y sorprendidos por la situación.

Ambos sin nada cuando se supone debían despertar cada uno en su habitación, sin hacer pasado por eso.

—¿Qué? ¿¡Qué pasó, bastardo!?

Le tiró la sábana para que se tapara y luego igual se levantó envolviendo otra sábana en su cintura.

Claro que lo sabía, pero el estado de shock hace que las personas digan cosas que son evidentes.

—No sé, quizá, ayer bebimos mucho —habló alejandose del otro y con la mirada gacha.

—No puede ser. Tú y yo ayer lo hicimos —dijo sin creerselo.

En cuanto pudo moverse, salió corriendo a su cuarto esperando que nadie lo viera. Una vez dentro puso el seguro y se dejó caer, la adrenalina le hizo olvidar el dolor.

Soltó un quejido cuando otra punzada llegó de repente.

No pensó que se sentiría.

Katsuki, por otro lado, su cuerpo volvió a funcionar cuando escuchó el portazo, poniéndose la ropa lo más rapido que pudo llendo al piso del bicolor.

—¡Abre! ¡No vas a huir como un maldito cobarde, bastardo mitad-mitad!

Lo ignoró, solo fue al baño de su habitación para que el agua lo envolviera, limpió su cuerpo viendo como tenía marcas, muchas, pero el verdadero problema fue cuando tuvo que limpiar su entrada.

Al salir parecía que el ojirubí se había ido, un alivio.

Recordaba lo que hizo, no bebieron lo suficiente como para olvidar la noche.

Celebraron su segunda navidad juntos, Aizawa se fue temprano y cuando se dio cuenta estaban tomando alcohol, hasta que los efectos se manifestaron.
Sus amigos estaban riendo por todo, la mayoría estaba por su lado.

Pero él y el rubio no, recuerda que se besaron en el elevador llegando al cuarto, lo que pasó después lo llenaba de vergüenza.

[...]

Podían ir a sus casas, no había clases pero debían hacer las pasantillas.
Cuando Aizawa dijo las últimas instrucciones la mayoría estaba lista para partir.

Regresó a su habitación para traer su maleta, al salir al pasillo Katsuki lo esperaba.

—No creas que te iras sin hablar.

—Bakugo, olvida lo que pasó -pidió para seguir caminando, pero fue detenido por el mayor que lo tomó del brazo.

—¿Como quieres que olvide que tú estabas en mi cama? ¿Eh?

—Si te hace sentir mejor, lo que pasó fue por la bebida —pronuncio bajando la mirada.

—¿Crees que eso me hace sentir mejor? No puedo olvidar lo que recuerdo perfectamente, y todo gracias a ti.

—Fue un error, ¿de acuerdo? —Trató de soltarse pero fue en vano— Sueltame ya, Bakugo.

—¡Tú no te va a ningún maldito lado!

RenjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora