- Sígueme, Aquiles. Tengo un plan.
Ambos guardamos las espadas y Charles comenzó a caminar cuesta abajo por dónde habíamos venido.
Por un momento pensé en que pasaríamos junto a Maggie, quien debía seguir tirada en ese pedazo de madera, y la usaríamos para nuestros planes. Pero no fue así. Charles me llevó a la cabaña dónde le habían dado una golpiza a mí compañera.
- Aquí tenemos la carnada.
- ¿Cuál es el plan?
- Entramos, les ganamos en una pelea y los usamos para nuestro beneficio.
Miré a Charles con curiosidad.- Es un plan horrible.- Me acerqué.- Tienes que seguir usando la cabeza a pesar de tener poder, ¿sabías eso?
Se molestó.- Pues aún falta alguien poderoso que me lo demuestre.- Se hizo a un lado y caminó a la puerta.- Bien, vamos a hablar con ellos, tú solo sígueme la corriente.
Al abrir, vimos que ambos estaban comiendo. La expresión en su rostro fue algo difícil de olvidar, pues se vieron tan sorprendidos que fue imposible moverse antes de que les apuntáramos con las espadas.
- Max, no te muevas.- Dijo el mayor.
Charles se acercó a toda velocidad y le apuntó de cerca. Yo hice lo mismo con Max y los acorralamos en su propia cocina.
-¿Dónde está el otro?- Pregunté.
- Quédate con ellos, iré por él.- Charles se alejó y comenzó a buscar por toda la casa sin tener éxito.- No le veo.
- Es un sujeto fuerte, busca bien, incluso en los alrededores de la casa.
- Bien.- Charles salió de ahí.
- No sé a quien buscas, pero si eres uno de ellos entonces llévame a mí y deja a Max, él aún es un niño.
- ¿De qué hablas? Eres un grandote muy idiota.- Le apuñale un poco el brazo.- Nos confundiste con otras personas, luego golpeaste a mi compañera, quien ahora está muerta por su culpa, y ahora no solo me ocultas información sino que me pides no hacerle nada a este tonto solo porque es pequeño.
- Te lo ruego. Si no estás junto con ellos, entonces no tenemos nada en contra de ti.
La ira me invadió. No podía creer lo que estaba diciendo.
- Mátame pero no le hagas daño.
- Tú no le diste la misma oportunidad a mi amiga, la tomaron y la golpearon sin siquiera dejarle hablar.- Le acerqué más la espada.- Dame una razón para no matarte. Solo una, con eso me bastaría, aunque te lo dejaré muy claro, si lo que me digas es una mierda, no solo te mataré a ti, también mataré a tu hermano.
- Por favor.- Dijo Sebastián soportando el filo del arma.- A mí hazme lo que quieras pero él...
- No, lo siento, es un argumento de mierda.- De un tajo le arranqué parte de la cabeza y con otro más hice que su cuello quedase solitario, como los troncos que dejan los leñadores en el bosque.
-¡¿Qué mierda haces?!- Exclamó Charles entrando a la cabaña y me apartó de Max.- Ese no era el plan.- Me miró de frente.- Tú mismo me dijiste que debíamos ser listos a pesar de tener poder, idiota.
- Te dije que tú debías hacerlo, no que sería el que te diera ese ejemplo.- Me giré para ver al otro chico y apuntarle con la espada.- Habla, así no te mataremos.
Tragó saliva.- ¿Qué es lo que debo decir?- Cerró los ojos y apretó los puños con mucha fuerza.
- ¿Dónde está tu otro hermano?
- Primero te quejas de que no te dejamos hablar y después haces lo mismo.
- Se le llama ojo por ojo, chico, ahora habla ya o te dejaré como a tu hermano.
- ¡No hay nadie más!
- ¡Qué hables!- Me acerqué clavándole la espada en el hombro.
- Te lo juro, por favor, no me mates, te lo juro, ya no hay nadie, solo somos nosotros dos.
Charles me apartó.- Dilo de nuevo, ¿dónde está el otro?
El chico comenzó a llorar y su pantalón se vio mojado. El olor comenzaba a ser detestable.
- Dije.- Tomó aire.- Que no tengo ningún otro hermano. Somos solo Sebastián y yo.
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Arte elemental Susurros de la vida (Remasterizado)
FantasyEn esta historia se narra la travesía de personas que no poseen nada en especial. Tanto como tú o yo, ellos pueden cometer errores y morir en cualquier instante. No esperes que los villanos solo causen un problema y se vayan del mundo, si eso fuera...