No puede ser real

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Todo es momentáneo.

Estaba sobre Kev, estábamos totalmente desnudos y agotados, su mano recorría mi espalda y jamás me había sentido tan tranquila y amada - no te duermas-

-no me estoy durmiendo-

-tenemos que comer ¿qué se te antoja? - estaba tan extasiada por el sexo que había olvidado que solo almorcé en el instituto - hamburguesa y papas-

-pareces niña chiquita pidiendo eso- su tono de voz denotaba que mi petición de comida le causo bastante gracia - ¿o sea que no va a haber hamburguesa? - mi tono salió un poco más agudo, imitando el de una nena de 6 años - claro que habrá, todo para mi niña- "mi niña" nunca pensé que ese pequeño sobrenombre pudiera causar tanto sobre mí.

-te amo- mis palabras salieron involuntarias, mi cerebro no reaccionó lo dicho y mi corazón mandaba a mi boca - eres el amor de mi vida Teresa-

- ¿Teresa? - Teresa es mi segundo nombre y Kev solía decirme así para molestarme - ese es tu nombre nena, no me culpes por amar todo de ti- es que no se podía ser más raro, molesta y halaga al mismo tiempo.

- ¿hamburguesa entonces? -

-si- no podía dejar de sonreír, amo su forma de ser conmigo - ¿tienes tarea? -

-ay si, la había olvidado ¿y tú? -

-igual, pero primero voy a pedir la comida- en lo que el pedía todo en su móvil, yo me coloque los pantys y el sujetador - ¿en dónde pusiste mi blusa? -

- ¿te vas a vestir? -

-pues sí ¿o qué quieres que esté solo en pantys y sujetador-

- no suena mal, pero me gustaría mas sin sujetador o sin nada-

-tonto- no pude evitar soltar una pequeña risa, pero así fue, solo me quedé en ropa interior el resto de la tarde y él solo en bóxer. Pidió la comida e hicimos la tarea en la sala, fue de los mejores días de mi vida.

Ya era noche y Kev se había quedado dormido en el sofá, así que busque una serie en Netflix, tome unas galletas, un vaso de leche y prendí la calefacción.

- no te pongas ahí, ven aquí conmigo- no sé cómo lo noto, no habría ni los ojos, pero su voz tan grave me encantaba -pensé que estabas dormido-

- sí, pero te quiero conmigo- sin oponerme más y en cuanto me senté colocó su cabeza en mis piernas y comencé a hacerle mimos en su cabeza.

- te amo Ash, no me dejes- esas palabras eran una advertencia y una súplica que no note.  

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