¿Me cambiaste?

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Nada puede ser tan hermoso.

Pasamos la cena de lo más normal, risas y el diciéndome la cantidad inmensa de tarea que le dejaron, me sentía muy cómoda estando con él, después de la cena parecíamos sacados de una película ambos alzamos la mesa y la casa entera, kev puso música y me sentía muy bien, comencé a mover mi cadera de un lado al otro, sentí las manos de kev en mi cintura y comenzó a subir mi blusa, hasta sacarla por encima de mi cabeza, estábamos muy bien, me sentía completa, ambos sin camiseta era lo mejor del mundo.

Nos fuimos a dormir y al despertar lo vi ahí, su cabello despeinado, sus labios entreabiertos e hinchados y sus ojos cerrados, se veía hermoso. Me di una ducha rápida, me arregle y baje hacer el desayuno –buenos días nena- la voz de kev me hizo dar un pequeño salto – buenos días amor-

- ¿Por qué no me despertaste? –

- Te veías muy tranquilo durmiendo, no te quería molestar-

- Mi niña, tu jamás me vas a molestar- sus palabras siempre me hacían sentirme la más especial en el mundo – te amo kev-

- Te amo nena- después de esa escena tan cursi desayunamos y nos dirigimos a la escuela.

Mi día estaba de lo más normal, el almuerzo lo pasé con kev y por algún motivo no vi a Jean, ni a ninguno de los chicos.

Era mi última clase del día y aun le faltaban 2 clases a kev así que decidí esperarlo, busqué a Yessy y a Jis para ir a las gradas, estando ahí noté que el estúpido capitán del equipo de americano, mi exnovio, no paraba de verme; su mirada solo me ponía incomoda, no puedo olvidar todo lo que me decía, no podía olvidar todo lo que me hizo ¿Por qué demonios me mira ahora? ¿será por mi cambio de actitud? ¿por el cambio que le hice a mi estilo? ¿por cómo me visto ahora? ¿Qué dominios será? Mis ansias se comenzaron a notar y podía sentir un ataque de ansiedad llegar a mi cuerpo – Ash- su llamado solo aceleró mis latidos "vamos no seas cobarde demuéstrale que lo que te hizo no te daño, demuestra que ya no te afecta" repetía ese mantra en mi cabeza una y otra vez, mis amigas me dijeron que no debía ir si no quería, pero mi orgullo me gritaba que tenía que ir.

- Hola Cayden- su nombre saliendo de mi boca de nuevo solo hacía que mi corazón latiera aún más rápido – hola amor-

- no te equivoques Cayden, no somos nada, ni amigos-

- ¿tanto rencor me tienes? -

- Cariño el rencor es un sentimiento muy fuerte, no lo vales- 

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