Eres mío. [Hyunin]

12.

Me levanté muy temprano y lo primero que hice fue recordar la noche anterior y sonreí.

Hyunjin, siempre Hyunjin.

Me he dado cuenta de que hemos estado más unidos últimamente. Pero quería que fuera así siempre. Que me regale una que otra sonrisa. Que se preocupe por mí. Que me pregunte que está mal. Que me haga sentir mejor.

No quería alejarme de él, aunque tenía miedo. Miedo de que esto se acabara. "Esto" para el posiblemente sólo una amistad, pero para mí era muchísimo más que eso.

Recordé que anoche dijo que iría a recoger a mi hermano para ir al Central Park Club a verlo tocar con su banda. Así que me di una larga ducha y me puse mi suéter favorito con un short y unas medias. Amaba ponerme medias cuándo estaba en casa.

Bajé y ahí estaba mi hermano. ¡Que no se acuerde de la fiesta, que no se acuerde!

—Jeongin. —Dijo frío.

—¿Perdón, sí? Sólo quería divertirme un poco. Igual, no me gustó.

—No es eso.. Es que la ropa era muy... ya sabes y no quería ese poco de chicos ahí pensand..

—Tampoco es para tanto y solo no quieres aceptar que tu hermano está creciendo.

—A los chicos como yo, les gusta los chicos como tú. Y la verdad es que no me gustaría que terminaras con un imbécil como yo. Nunca he querido a un chico en verdad y no quiero que te hagan llorar.

—Eso no va a pasar, Changbin. Nunca me fijaría en un imbécil como tú. —Mentiroso. Eso era. ¡Muero por tu mejor amigo Changbin, que es incluso mucho más imbécil que tú!

Él me dijo que era un mocoso y me cargo en sus hombros dándome vueltas. Yo le gritaba que parara y el no dejaba de reír.

El timbre sonó y Changbin fue a abrir todavía sosteniéndome en sus hombros.

—Que raro es verlos no discutir. —Dijo Hyunjin riendo.

—Hyunjin, ¡dile que me baje por favor! —Él empezó a reír y Changbin finalmente me bajó.

—Oye bro, al fin, ¿qué hiciste anoche? ¿Hiciste lo que te pedí? —Yo le di una mirada de desaprobación a Hyunjin.

—Oh, no. Pues vi a Jimin en la fiesta y sabes como terminan la mayoría de mis noches. —Changbin empezó a reír y yo sólo bajé la mirada. Maldita sea, tenía que controlarme.

—Iré a descansar un poco, que se diviertan. —Dije y subí a mi habitación.

El fin de semana ya había acabado. Félix no dejó de hablar de Minho y de lo hermoso que era con el. El se estaba
enamorando.

Bajé del vehículo apresurado y saludé a mi pecoso amigo de un abrazo.

—Vaya Jeongin, ¿estás enfermo? Estás cariñoso hoy.

—¿Es que prefieres a el Jeongin frío?

—¡No! Éste está perfecto. —Yo reí y entramos a la escuela.

Cuando entramos todos los ojos se posaron en mí y no dejaba de susurrar cosas.

—Félix.. ¿Algo que me quieras contar?

—Estás tan feliz y hermoso hoy Innie, deberías estar así todos los días.

—Félix.

—¡Minho me invitó a su casa este fin de semana!

—Lee Félix, ¡dime!

—Todo lo que dicen estas personas son mentiras. Sabes como son...

—¡Sólo dime!

—"El hermanito de Changbin prefirió la cama de Hyunjin que la de Kai" Sabes que todos te vieron salir el día de la fiesta con Hyunjin y pues.. —Estaba en shock. ¿Cómo podían decir eso? Joder, sólo hablamos un poco y después me quedé dormido.

—Odio esta escuela.

—Ya somos dos amigo. —Seguimos caminando y me tropecé con alguien. Hoy no era mi día.

—Aparte de zorra, estúpido. —Dijo Jimin con asco. El esperaba a que me pusiera como un loco a insultarlo, pero no. Sólo le sonreí falsamente y le levanté el dedo de al medio y seguí con mi camino.

—Eso le molestó bastante. —Dijo Félix riendo.

• Hyunjin •

Odiaba esta escuela.

Cómo deseaba partir la cara a cada uno de los imbéciles que hablaban así de Jeongin. No soy nada bueno para el, sólo gana problemas. Cuando me veo, veo a esta jodida persona llena de problemas y cuando lo veo a él, joder, veo todo.

Estaba afuera apoyado sobre moto mientras fumaba. Alguien tocó mi hombro y mierda, hoy no era mi día.

—¿Qué mierda quieres, Jongin?

—¿Así que detras de el hermanito de Changbin, eh?

—No estoy de humor para hablar con idiotas.

—Sé como siempre lo miras y le sonríes. Lo fuiste a buscar a la fiesta. Pero no te culpo, Jeongin es jodidamente caliente. —él se acercó a mi oido y dijo —¿También lo imaginas debajo de tu cuerpo desnudo gritando tu nombre?

No me pude controlar. La furia se apoderó de mi. Sentía mi sangre hervir. Le di un puñetazo a ese imbécil en la cara, partiéndo su boca.

Él se limpió y sonrió.

—Mueres por ese chico.