44.

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No había manera en el infierno de que yo le diga a mi padre que estaba suspendido. Hoy no.

Acaba de llegar y no quiero más drama por hoy. Creo que suficiente.

Nos subimos al auto de San después de guardar todo el equipaje.

—Así que, San. ¿Eres nuevo en la ciudad? —Pregunta mi padre. Genial, ahora empezará con su interrogatorio.

—Me fui por un tiempo. Mi madre quería alejarse de todo. —Dijo San.

Ojalá pudiera hacer eso. Es justo lo que necesito.

—¿Eres novio de mi hijo? Porque si es por mi hijo, nunca me enteraría de sus relaciones. Es algo reservado. —Oh, no. Mi padre no acaba de decir eso.

¿Me puedo tirar de la ventana ya?

—Oh, no. Solo somos amigos. —Dijo San nervioso.

—Eso suelen decir todos. —Dijo mi padre y yo me moría de la vergüenza.

—Su hijo es un chico increible, pero no estoy interesado en el. —El volteó a verme y yo solo le sonreí nervioso.

¿Por qué los momentos incomodos siempre están tan presente en mi vida?

Después de que mi padre decidió callarse, llegamos a casa. Dios, pensé que jamás llegaríamos.

Mi padre y Jisung bajaron todo el equipaje y entraron a la casa.

—¿Entonces soy un chico increible? —Le dije burlón a San.

—Solo quería darle una buena primera impresión a tu padre. La verdad es que eres un desastre, Yang. Ya veces me pregunto por qué somos amigos. —Dijo burlón.

—Ja, ja, ja. ¿Pero qué dices? Sabes que no hay nada que te haga más feliz que mi amistad.

Su sonrisa desapareció y se quedó callado. Genial, ¿ahora qué dije?

—Me tengo que ir. Descansa, lo necesitas. —Dijo moviendo un poco mi cabello.

—Sí, supongo. Mañana mi padre me dará un horrible sermón. —Abrí la puerta para entrar a casa. Por lo menos mi día no terminó tan mal después de todo. Y todo gracias a San.

—¡Hey! ¡Jeongin! —Gritó, San a lo lejos, justo entrando a su auto.

—Dime. —Volteé hacia él, apoyándome en la puerta.

—No pienses en él..

[☁️]

—¿Suspendido? ¡¿Me voy unos días y te suspenden, Jeongin?! —Exclamó mi padre enojado.

—Lo siento, ¿sí? —Dije bajando la mirada.

—Me imagino que tenías una buena razón para golpear a ese chico. —Dijo Jisung y yo sonrei.

—Oh, ¡no tienes ni idea! No me arrepiento de haberlo hecho. Ese chico es Satanás, Jisung, lo juro.

—Oh, te entiendo. Cuando tenía tu edad, había un chico justo así en mi escuela. Esos son los peores. —Dijo riendo y mi padre solo nos miraba enojado.

—Y los encuentras en todos lados. —Dije y lo acompañé con sus risas.

—¡Bueno ya! —Gritó mi padre, haciendo que Jisung y yo terminaramos nuestra conversación —Jeongin, ve a tu habitación. Ah y no saldrás esta semana, así que dile a tus amigos porque te quedarás aquí, encerrado. Ah, y tampoco creas que te puedes pasar de listo invitándolos a la casa.

—Cómo sea. —Exclamé y subí a mi habitación.

Me tiré en mi cama y agarré mi teléfono.

Eres mío. [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora