POV LEILA
Desde la última vez que lo vi... tan feliz... Con Anastasia, la señorita Steele, la ahora señora Grey....Partió mi corazón me gusta que el amo sea feliz, pero no es a lado mío, lo observo y el no lo nota, no supero haberlo perdido ni a él ni a mi Geoff.
Si sabe que estoy fuera de Mississippi me lo quitara todo, pero lo amo él no lo sabrá, no sabrá que lo sigo, que lo miro cuando va y viene junto con ellos, no me ah atrapado antes no tiene porque hacerlo ahora o tal vez si... debe castigarme, tiene que hacerlo.
CHRISTIAN
-¿Que pasa Andrea?-contesto un poco frio, sabe que cuando estoy a punto de tener una junta necesito estar concentrado a menos que llame mi Ana.
-Señor Grey una linda mujer viene a verlo, me ah dicho que no diga su nombre quiere darle una sorpresa-
Entonces mi humos cambia y puedo apostar que es mi dulce esposa -Hazla pasar-
-Hola Christian-Escucho su voz y no es mi Ana levanto la mirada y me quedo sin palabras es Leila tomo deprisa el teléfono, digo lo más rápido posible a mi asistente que cancele la junta y cuelgo antes de recibir alguna respuesta.
- ¿Qué haces aquí? maldición, la ultima vez pensé que quedo claro cuando dije que te alejaras de aquí-digo un poco frustrado sin levantar tanto la voz y sin pararme de mi asiento.
-Necesitaba estar contigo-su voz es baja-Necesito que me toques de nuevo Amo, ser uno como antes...
No puedo mas y grito -BASTA, no me llames amo, nunca fuimos uno entiéndelo, ahora largo de aquí-y paso mi mano por mi cabello un poco exasperado que no piensa rendirse.
-No-susurra.-Tu vas a tocarme de nuevo- dice con la cabeza un poco aladeada, fuera de sí y con una sonrisa torcida y ojos cristalinos.
Mas furioso la fulmino con la mirada -No me hagas llamar a seguridad-No quiero dañarla pero no quiere que venga aquí a tratar de romper mi vida, la gran vida con mi amada esposa.
-No lo harás- dice tranquilamente y se muerde el labio, y por un momento Anastasia viene a mi mente y veo como se acerca al escritorio cada vez más vacilante, viendo la oficina como si estuviera desubicada, posa sus ojos en mi y sonríe como colegiala, moviendo sus pestañas, ¡oh mi Ana¡
Me levanto rápidamente y ella está frente a mí y siento como su respiración aumenta sin siquiera tocarla abre la boca y susurra -Te deseo- yo me pasmo piensa mi esposa inaugurar mi oficina... y ella me empuja de nuevo a mi asiento.
-Llama a seguridad ahora, vamos amo. Hazlo- y se sienta en mi regazo y se hunde en mi cuello como mi dulce esposa suele hacerlo cuando peleamos y viene la reconciliación siento un cálido beso en mi cuello y mi respiración comienza a entrecortarse.
ANASTASIA
Estoy tan emocionada, Phoebe dio sus primeras palabras, esto lo tiene que saber Christian, llamo a Taylor para decirle que partiremos a la oficina de mi amado esposo para darle la noticia, llevare a mis pequeños, cuando llegamos a Grey Enterprises Holdings Inc. Dejo a mis hijos en el auto junto con Taylor, pienso proponerle a mi esposo una cena para celebrar y después un postre, un poco de vainilla y esa idea hace sonrojarme, entro y me saludan cálidamente y llego al piso de mi cincuenta.
Le sonrió a Andrea -Pasare a ver a mi esposo-
Ella con la cara de susto contesta titubeante -Señora Grey... no esperaba su visita... no... Usted no comento que venía y...
Frunzo el ceño esto no es normal en ella -¿Ocurre algo?- y siento que mi cuero pica
Ella un poco mas repuesta, pero aun nerviosa contesta -El señor Grey esta indispuesto, tiene alguna visita-
Y siento como mis músculos se relajan, no es habitual que algún desconocido o persona de trabajo entre a la oficina de Christian, sonrió de nuevo -Entrare- giro sobre mis puntas y antes de que Andrea emita palabra, abro la puerta, la cierro detrás mío y los veo juntos... Mierda, mierda, mierda, mis ojos pican, y siento como mi mundo se viene abajo mi cincuenta, mi esposo incondicional con su ex sumisa, no puede estar pasando, me niego, no, no, joder....
Lo único que sale de mi boca es un tipo de chillido agónico - ¡CHRISTIAN¡
DISFRUTA DE LAS PEQUEÑAS COSAS, PORQUE TAL VEZ UN DIA UELVAS LA VISTA ATRÁS Y TE DES CUENTA DE QUE ERAN LAS COSAS GRANDES
