~ ᴜ ɴ ᴏ ~

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— Yo me encargo — dijo rápidamente.

Tomó del montón de papeles saliendo casi corriendo de la oficina, para llevarla a otra, dejó de estos en el escritorio haciendo una reverencia de manera educada para volver a salir apresuradamente y dirigirse a otra de las habitaciones, tomando una charola color café. Colocó de unas bebidas sobre está, y volvió a salir del lugar a pasa apresurado.

Se dirigió al final del pasillo, entrando a esta última habitación donde había más de diez personas, se fue abriendo paso entre ellos de manera cuidadosa dejando las bebidas a cada uno de los chicos que estaban ahí siendo maquillados.

— Toma — dejó el té helado que había pedido uno a un costado suyo.

Se dirigió ahora hacia el sillón donde dos miembros estaban sentados, uno, jugando algún videojuego en su celular y el otro durmiendo recargado en su hombro en lo que esperaban. Sonrió ante la imagen de ambos. Cualquier fan amaría tener una imagen como esa.

— Gracias — susurró el chico de cabello negro.

Ella sonrió nerviosa haciendo una reverencia para volver a salir de la habitación. Su cargo en la agencia no era ninguno importante, no era ni maquillista, ni estilista, ni productora, simplemente era la mil usos, qué por lo general era quien hacía de los mandados haciéndola correr de un lado a otro.

Por supuesto que le parecía cansado, sin embargo, era feliz haciendo de ello. Al no tener ningún puesto fijo, podía estar en varias áreas aprendiendo diversas cosas que en su futuro, seguramente le serían muy útiles.

Volvió hacia la habitación en dónde alistaban a los chicos por si necesitaban de alguna otra cosa, era por lo general de alguien muy amable, aparte de ser servicial. Suspiró, se llevó una mano a la frente, había empezado a sudar.

— ¿Quieres un trago? — ofreció amablemente el azabache que desde que volvió a la habitación la había estado viendo.

— ¿Ah? Oh, no, es para ti, no deberías preocuparte por mí — respondió algo apenada.

Soobin sonrió, sabía que no aceptaría, era muy penosa para hacerlo, así que volvió a insistir, volviéndose a negar, tal como imaginó. La notaba cansada, en lo que lo habían maquillado a él y Taehyun que ahora dormía en su hombro, la vió correr algunas siete - ocho veces haciendo de diferentes mandados.

— Entonces siéntate un rato — invitó.

— Ah, no, podrían ocuparme — se excusó.

— Descansa un rato, Bae — dijo ahora la chica que se encontraba maquillando al mayor del grupo.

Sonrió de manera corta yendo a sentarse, en el fondo lo agradecía, los zapatos habían comenzado a lastimarla, pero no quería que pensará que era una delicada, por lo que ocultaba de ello.

— Toma — ofreció nuevamente Soobin.

Terminó tomando del envase, el chico le sonreía mostrando de sus tan característicos y encantadores hoyuelos. No podía negarse, bebió de este sin pegarla a sus labios, sintió como su garganta se refresco de inmediato, hasta ese punto fue que se dió cuenta de lo sedienta que debía haber estado.

Le regresó el envase a Soobin aún apenada, él volvió a dárselo, sabía que aún tenía sed, lo aceptó. Tenía en general una buena relación con el chico, eran amigos desde antes incluso que debutara, pues, había estado en el mismo colegio en el pasado. Por lo que, seguido mostraba alguno que otro gesto cercano por la confianza que ya existía entre ambos.

— Trabajas muy duro — dijo el chico.

En cierto modo, debido a su cercanía con el líder del grupo, y el que un familiar fuera parte del staff de BTS le habían facilitado mucho el lograr entrar a la agencia. En un principio, si que se ganó de varias miradas juzgadoras de otros empleados, se esforzaba bastante, para demostrar que no era una floja, que merecía estar ahí, aún cuando solo fuera la mandadera. Y debido a este mismo hecho, también es que se sentía muy cohibida cuando Soobin era amable con ella.

— No me gustan las cosas fáciles, lo sabes — dijo pasando una mano por su cabello — Me gustaría en un futuro tener un buen puesto en alguna empresa grande, ya sea aquí u otra.

— Aún así, deberías tener tus descansos, corres mucho por aquí — rió un poco.

Soobin no era ajeno a la situación de su vieja amiga. Sabía bien que lo que hacía era para ganarse el respeto de otros empleados, sin bien, funcionaba con unos, no todos eran buenas personas, y terminaban por aprovecharse de su nobleza haciéndola correr por todo el edificio por cosas que no debería corresponderle.

— Me mantiene en forma — bromeó mostrando una amplia sonrisa.

— Deberías aprender de ella, hace más ejercicio que tu — Yeonjun se unió a la conversación causando la risa del líder.

— No deberías meterte en conversaciones ajenas — replicó divertido.

La chica sonrió. Sentía sus pies doler, había estado bastante tiempo corriendo.

— No deberías meterte en conversaciones ajenas — arremedó el mayor.

Ambos rieron ante las burlas de uno de los Choi's, conversar aunque sea un poco con ellos la animaba, le agradaba mantener aun contacto con el chico, y poder haber hecho, de alguna forma, algo cercana al resto del grupo. Su risa fue la primera en apagarse quedando a un corta sonrisa mientras veía el perfil de su amigo.

— ¡Bae, no es tiempo de holgazanear! Tenemos buscándote — gritó un hombre de mas de treinta años desde el umbral de la puerta notablemente molesto.

Las sonrisas desaparecieron velozmente, se levanto del sillón entregándole la bebida a Soobin apenada saliendo corriendo prácticamente de la habitación, siguiendo a su superior mientras este le daba indicaciones de lo que debía realizar de mala gana. Ella asintió sin objeción alguna a pesar de que le estaba gritando prácticamente. 

Scenery | Choi SoobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora