~ s ɪ ᴇ ᴛ ᴇ ~

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El cambiar de trabajo no significaba que acabarían por completo el contacto de el uno con el otro, sin embargo,  así es como terminó siendo; luego de que Yang-Mi dejará Big Hit, perdió contacto casi por completo con Soobin, no es que fuera desinteresada o él con ella, ambos se seguían buscando, pero termino por suceder que por sus respectivas agendas y actividades en cada uno de sus trabajos terminaban por posponer el responderse los mensajes y llamadas más y más hasta el punto de terminarse por olvidar. En un principio ambos se buscaban con frecuencia.

Aún tenía vivo el recuerdo de aquella noche en la que permanecieron hasta el amanecer hablando por teléfono hablando de tantas cosas y a la vez de nada, tristemente, esa fue la última llamada en la que ambos atendieron quedado únicamente con ese recuerdo que con el paso de los días se hacía más y más lejano, en el que solo quedaba aferrarse.

Habían pasado tres meses desde su renuncia, estaba verdaderamente feliz por su nuevo trabajo en dónde no era la mandadera de algún otro, era una persona del staff como tal, sin ser rebajada o menospreciada como anteriormente había sido, era pesado, como cualquier otro trabajo en una agencia de entretenimiento, pero era lo que ella quería hacer. En uno de sus cortos descansos notó de un mensaje de Soobin que había olvidado responder hacía un par de días.

El responder los mensajes hasta días después se volvió una costumbre, quizás se hicieran el tiempo debido podría responderse o repetir de aquella llamada tan larga que había tenido, sin embargo, ambos querían olvidarse, esa era la realidad.

Los sentimientos por él no desaparecieron, eran lo bastante consolidados para desaparecer de un día para el otro, quizá habían perdido esa intensidad que sentía al tenerlo cerca, pero permanecía, después de todo Soobin había sido el chico por el que ha estado enamorada por años, olvidarlo llevaría de un tiempo. Suspiró abriendo su chat para finalmente responder.

— Minie — escuchó que alguien la llamó.

Volvió a bloquear su celular guardando esté en uno de sus bolsillos sonriendo a la persona que se acercaba por el pasillo que la llamaba, se levantó del asiento yendo hacia él.

— ¿Sucede algo? — preguntó hacía el joven.

Se había vuelto cercana con el grupo en el que cayó para ser parte del equipo del staff, después de todo, era una chica muy alegre y amable, y debido a su edad siendo cercana a la de ellos, fue fácil poder establecer de lazos afectivos, lo cuál hacía de su trabajo más divertido y fácil de sobrellevar.

— Nada, solo te ví algo solitaria, ¿Estás cansada? — preguntó él de manera amable.

La chica negó sonriendo, en el pasillo había otras personas del staff, algunos conversando mientras comían, y otros terminando de alistar a los chicos para la presentación dentro de unas horas. El joven delante de ella ya estaba con el vestuario puesto pero permanecía sin maquillaje aún.

— No voy a negarlo, pero no es eso, solo estaba pensando un poco — respondió.

El chico fue llamado por uno de los estilistas, ambos comenzaron a avanzar por el pasillo hacia la habitación en dónde estaban otros miembros del grupo cada uno, en su mundo. Volvió a tomar su celular para responder el mensaje, el chico se había sentado en una silla mientras otra de las chica comenzaba a pasarle la plancha por el cabello.

— Woah — uno de los chicos detrás de ella dijo.

Imaginó que se trataba por el videojuego que estuviera jugando, salió de la habitación para ir por su equipo, su descanso estaba por terminar, cuando apareció una notificación en su celular de Twitter, fue cuando paró a mitad del pasillo.

No comprendió del todo sus sentimientos, era toda una avalancha de ellos, sintiéndose fuertemente golpeada, y entonces se sintió desprotegida de alguna forma. Rápidamente sus ojos de cristalizaron amenazando con derrama en cualquier momento las lágrimas que aún contenía.

Leí rápidamente de cada uno de los post que iban saliendo, todos, cada uno, solo para convencer que ello, de alguna forma, era cierto. Y fue cuando una lágrima descendió por su mejilla que limpio de manera rápida cuidado de que no fuera vista por nadie, cuando era casi imposible por la cantidad de personas que estaban en el lugar.

Su corazón dolía, bastante, sintió una fuerte opresión en su pecho, mientras su mirar se volvía más y más borroso por las lágrimas que ya descendían sin control uno, un sollozo terminó por abandonar sus labios rosados, llevándose una mano a la boca para morderla y evitar soltar otro.

— Soobin y Arin lucen bien juntos — escuchó a uno de los chicos del grupo decir.

Llevo su vista a ellos, tres de ellos estaban en con la atención en el celular de uno, parecían estar viendo de la misma noticia algo emocionados e impactados  que a ella terminó por romperla.

Después de todo, muy en el fondo deseaba tener una oportunidad con aquel pelinegro que desde sus días de estudiante conocía, muy en el fondo sus sentimientos seguían siendo igual de fuertes que la primera vez, pues muy en el fondo deseaba ser ella la amada de Soobin.

Limpió las lágrimas rápidamente, su rostro había enrojecido y ahora solo quería volver a casa, volvía a sentirse con una niña pequeña, después de todo era está la primera vez que verdaderamente rompían su corazón.

Volvió a la sala de chat, sus manos estaban temblando, quería volver a llorar, pero estaba soltando todo, ¿Qué debía escribirle? ¿Qué debía decirle?, Había de tantas cosas pasando por su mente, todo un torbellino, y era que jamás había entendido lo que el pelinegro en ella provocaba, quiso convencerse que solo era una fuerte atracción por él, pero no era así, la verdad es que tenía aceptar de estaba enamorada de Soobin.

Y del que le dolía no poder ser correspondida, ¿Pero a quién quería engañar? Yang-Mi siempre y seguiría pensando que él no estaba a su alcance.

Y cuando las lágrimas volvieron a descender por sus mejillas escribió en medio de temblores, rápidamente su mensaje guardado de inmediato el celular en su bolsillo para correr al baño a lavarse.

"Me alegra saber que has sido correspondido, Arin es una chica muy buena para ti"

Sería lo que terminó por enviar a él.

Idiota.

Scenery | Choi SoobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora