DIECIOCHO

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Narra Hoseok

La doctora no dice nada por mucho tiempo y es en este momento me arrepiento de la idea impulsiva que se cruzó por mi cabeza. Yo amo los niños, pero no estoy preparado para ser padre, no uno soltero sin nadie y que huyó de un hombre abusivo que volvió a arruinar mi vida por segunda vez.

-No puedo hacer eso. Sabes que en el caso de los hombres es prohibido porque no son comunes. No estoy en contra del aborto aunque aquí ya se hayan modificado ciertas leyes sobre ello. Pero te recomiendo que lo pienses, debes pensar mucho porque no tienes muchas soluciones aquí. No te precipites y piensa bien todo.

-Fue por impulso- digo arrepentido por haber pensado aquello. –Tengo demasiado miedo porque estoy solo en este lugar y no sé cómo se cuida un bebé ni si voy a ser buen padre. Estoy lleno de terror.

-Puedo ayudarte con cualquier cosa que quieras. Ahora ya tienes mi número y cuando el niño nazca yo puedo ayudarte con el cuidado del bebé los primeros meses que son los más difíciles.

-No estoy emocionalmente preparado. Estoy pasando por muchas cosas y siento que no voy a poder con esto.

-Todo va a estar bien. Puedo ser tu amiga y sería genial si socializas un poco más y buscas un grupo de amigos. Personas extranjeras hay muchas, y son geniales con los demás. Todo va a ir mejor, cuentas conmigo como una amiga y como tu doctora.

Empiezo a llorar porque siento que mi mundo volvió a sacudirse y todo se destruyó. Cindy se levanta y se acerca a mí para abrazarme. Necesitaba tanto un abrazo y las dulces palabras que ella me está dando. Ahora necesito ser fuerte por el bebé que viene en camino.

Luego de todo me hizo algunos exámenes más y me dio pastillas de vitaminas y ácido fólico. Tendría que hablar con mis jefes y con los chicos para conseguir un poco de apoyo emocional. En lo económico no estoy sufriendo, pero saber que voy a ser padre soltero es lo más difícil. A Namjoon le hubiese encantado recibir esta noticia porque deseaba demasiado ser padre y ahora lo sería, pero no viviría aquella experiencia porque no iba a saberlo nunca.

(...)

Ahora es cuando me arrepiento de haber estado llorando por tres días seguidos. Mi cara está hinchada y mis ojos delatan todo. Los de mi trabajo van a darse cuenta y me van a preguntar sobre muchas cosas que quise mantener en secreto.

Desayuno algo muy nutritivo y me tomo las vitaminas que me envió Cindy. Tomo mi bolso y salgo del departamento con prisa. De igual manera tenía que hablar con mis jefes porque luego tendría que pedir permisos y también prepararles para el permiso de paternidad. Estaba seguro que se iban a enojar porque apenas entraba a trabajar y ya les traía problemas.

El camino en el taxi fue extraño porque el chofer veía muy seguido al retrovisor y yo solo estaba esperando a que preguntara por qué estaba mi cara roja e hinchada. Por suerte llegó a mi trabajo y no preguntó nada. Le pagué y luego tomando todo el valor que pude entré al restaurante.

La primera en recibirme fue Vicky que se encargaba de la caja. Vi su preocupación y enseguida estuvo a mi lado preguntándome qué me pasaba. –Luego te cuento. Voy a hablar con los jefes.

-Suerte.

Le sonrío y camino a las gradas que llevan al segundo piso donde está la oficina de Estefany y Víctor. Golpeo la puerta y esta se abre enseguida. Pasa lo mismo con Estefany y con preocupación me hace entrar a su oficina. Saludo a Víctor y luego les tengo a los dos sentados frente a mí.

-¿Qué pasó, Leo?

-Cuando me desmayé y desperté en el hospital pensé que me dirían que era por el cansancio.

-¿Tienes algo malo?- ambos están preocupados y niego para darles un poco de alivio.

-Me dijeron que estoy embarazado. Pertenezco a ese pequeño porcentaje de hombres que pueden embarazarse.

-¿Por eso tienes tu cara roja y tus ojitos hinchados?- Estefany me sonríe y no es la respuesta que espero. –No debes preocuparte por el trabajo. Solo dinos cuando tengas alguna cita médica, vas a trabajar hasta que ya no puedas y llegue tu día de parto.

-Felicidades por tu bebé. Es una gran bendición para nosotros también- Víctor me sonríe y ahora puedo culpar a las hormonas de lo sensible que estoy. Cuando salgo de la oficina todos mis compañeros de trabajo ya están en la cocina y cuando entro se acercan como pollitos queriendo ser alimentados.

Iván (mi amigo más cercano del trabajo) se acerca con su cara de niño asustado. -¿Qué pasó, Leo? Pareces un tomate.

-Todo está bien. Recibí una noticia que va a cambiar mi vida. Voy a ser papá.

-¡Felicitaciones!- gritan todos llenos de felicidad. Y empiezan a abrazarme.

-Nunca mencionaste a tu novia. Espero que hayas llorado por felicidad- Iván dice alegre y es que él sabía un poco más de mi vida. Sobre Corea, mis amigos, mi mamá y hermana. Él se había llevado mi confianza, pero aún no le había contado todo.

-No hay una novia. Yo estoy embarazado.

Hubo silencio y luego exclamaciones de sorpresa. Estaban digiriendo la noticia. Luego tuve doce manos en mi vientre, en verdad vine a un buen lugar. Después de todo no estaba solo, ellos ahora forman parte de mi vida y ellos son geniales.

(...)

Luego de tanta locura ahora estamos trabajando como siempre, pero con un toque distinto en el aire. Todos estaban felices y preguntando sobre mi humor, mis antojos o cualquier cosa relacionada con el embarazo. Ahora tenía a seis personas cuidando de mí y faltaban dos que trabajaban el horario de la tarde.

En total somos nueve personas trabajando, cinco en la cocina, tres para meseros y uno en la caja. Era un restaurante conocido y muy grande por lo que se necesitaba mucho personal. Cuatro hombres y cinco mujeres. Eva, Fiorella, Mary, Vicky y Emily. Luego estamos, Iván, Alex, Teo y yo. Todos de distintos países de 23 a 25 años. Yo era el menor y al que decidieron cuidar porque lucía tierno muy chiquito.

Eva y Mary llegarían en unas horas más por lo que se llevarían una gran sorpresa. Por suerte no preguntaron nada sobre el otro padre porque no hubiese podido responder. Ahora estaba muy feliz, me arrepentía de haber pensado en no querer al bebé porque después de todo sí lo quería y solo me llené de ideas negativas. Tuve mucho miedo porque pensé que estaba solo, y que mi bebé no iba a poder tener una infancia normal. Ahora eso no me importa, seremos nosotros dos y le daré todo el cariño que pueda.




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Sí he puesto como ley que un embarazo masculino sea protegido, que se lo lleve con mucho cuidado porque es muy poco común y muy distinto. No hay que pensarlo mucho.

Escriban si quieren otro actualización. Espero sigan leyendo esta historia hasta el final. 

No se olviden de votar y comentar sin miedo. Se los agradecería.

Un pequeño recuerdo de ti [NAMSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora