Caminábamos por el bosque de Beacon Hills, con el corazón lleno de determinación y el dolor fresco de la pérdida. Teníamos una misión clara: encontrar al alfa que había arrebatado la vida de nuestra madre.
Y todas mis visiones me traían a este pueblo.
La oscuridad se cerraba como un manto sobre los árboles altos y retorcidos. El aire estaba cargado de una quietud extraña, interrumpida solo por el suave susurro del viento entre las hojas mientras la luna llena brillaba sobre nosotras, iluminando débilmente el sendero cubierto de musgo.
Estaba demasiado concentrada intentando enfocar mis ojos en la oscuridad mientras sentía los pasos livianos detrás de mi gracias a las pequeñas ramas y hojas secas rompiéndose por el peso, hasta que sentí la mano en mi hombro y respingue ligeramente antes de voltear.
-¿Que? -pregunte rodando los ojos al voltear.
-Mi trasero de congela Threa -se quejo haciéndome volver a rodar los ojos y voltee para seguir caminando- No me ignores -se quejo y al escuchar el metal voltee a tiempo deteniendo la daga a centímetros de mi cara.
-Madura Rhaenyra -le pedí a mi hermana antes de arrojarle la daga de vuelta.
Esta la tomo con facilidad mientras la energía azul alrededor de la navaja se desvanecía.
-¿Que hacemos en el bosque de una ciudad a la que literalmente acabamos de llegar de todas formas? -continuo quejándose.
-Visión del alfa -murmure por lo bajo tocando mi cabeza y eso pareció suficiente para hacerla callar.
Continuamos caminando por un par de minutos hasta que comencé a sentir un extraño presentimiento.
-Para -pedí tomando el brazo de mi hermana, esta me miro con el ceño fruncido pero dos segundos después un montón de ciervos corrieron hacia nosotras en estampida.
-Costodire -murmure mientras mis ojos se iluminaban de un azul eléctrico y sentí el campo de fuerza protegiéndonos a la vez que los ciervos chocaban con el.
-¿Alguna vez te dije lo mucho que me gusta que seas una bruja moroi y no una guardiana como yo? -pregunto sarcásticamente mientras yo desvanecía el hechizo.
-Cada vez que me obligas a encenderte una fogata... -murmure con desinterés avanzando un poco.
-Como te amo cuando haces eso -sonrió complacida recordándolo y rodé los ojos con una ligera sonrisa.
La primera en semanas.
Estábamos por continuar nuestro camino cuando de repente sentí un cuerpo chocar contra mi y consecuentemente caí por una pequeña colina, junto a dicho cuerpo, hasta topar con un árbol o al menos el tocón de uno.
-Aush -murmure sarcásticamente viendo mi brazo apuñalado por una rama mediana.
-Yo... yo... -murmuro el cuerpo frente a mi que resulto ser un chico como de 16 años aunque no pude ver bien su rostro.
-¡Karythrea! -escuche el grito preocupado de mi hermana y me levante del suelo mientras limpiaba mi vestido negro y la veía bajar corriendo por la colina.
-Estoy bien hermana -me apresure a responder en cuanto vi lo preocupada que estaba al llegar.
-Lo siento mucho yo... -el chico se levanto sacudiéndose y se interrumpió al ver a mi hermana con una daga en la mano, de inmediato retrocedió un par de pasos chocando con el tocón del árbol.
-Rhaenyra.. -murmure alzando las cejas y esta rodo los ojos para guardarla.
-Lo siento, mi hermana solo me protege -explique alzando las manos ligeramente y luego fruncí el ceño.
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☽𝓒𝓪𝓸𝓼☾: Teen Wolf
Hayran Kurgu¿Cómo alguien puede ser tan brillante y tan oscura... Solo Alynna lo sabe. Por que para ella solo existían dos cosas: La verdad y venganza... Tres si contabas proteger a su hermana. Y eso seria justo lo que conseguiría, sin importar quien estuviese...
