× Capítulo Cinco ×

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—Hora de levantarse— Jin entro en la habitación y abrió las cortinas.

JiMin se sentó sobre la cama y se talló sus ojitos.

—¿Qué tal dormiste, cariño?— se acercó a él.

—Podría decirse que bien, papá— sonrió.

-¿Tuviste alguno de esos sueños de nuevo?- pregunto, no pudo evitar esconder su preocupación.

—No— negó con su cabeza, mintió, no quería preocupar más a sus padres.

—Eso es muy bueno, cariño— su expresión se relajo y acaricio la mejilla del menor —ahora a ducharse y bajas a desayunar, tus hermanos te esperan, Hoseok te llevará a la escuela hoy.

JiMin asintió y se levantó con dirección al cuarto de baño, se despojo de su pijama y se recargo en el lavamanos mirándose en el espejo mientras el agua caía de la regadera.

Miro detenidamente su rostro, sus labios estaban un poco pálidos, comenzaban a aparecer ojeras bajo sus ojos y su expresión se veía cansada.

—¿Quién eres YoonGi? ¿Acaso quieres que te busque? ¿Es eso? ¿Debo buscarte?— susurro viendo su reflejo.

Luego de unos minutos se metió bajo la regadera dejando que su cuerpo se empapára por completo, después tomó un poco de shampoo y comenzó a tallar su cabello, lo enjuagó y después talló su cuerpo, dejo que el agua lo recorriera desde la cabeza hasta los pies una vez más y cerro ambas llaves, del agua fría y del agua caliente. Tomó una toalla y la coloco alrededor de su cadera.

Salió del baño y camino hacia el clóset, tomó unos jeans ajustados, desgastados en las rodillas, una camiseta blanca y su chaqueta de mezclilla favorita, tomó unos tenis cualquiera y bajo casi corriendo a desayunar.

Solo tomo una manzana y salió del lugar.

—Hey, te llevaré, espera— dijo Hoseok terminando de beber su jugo.

—No te preocupes, Tae pasara por mi— mintió, necesitaba pensar en que era lo que quería el chico de sus sueños.

—Esta bien— Hoseok continúo comiendo su desayuno.

—¡Con cuidado!— grito Jin desde la puerta de la casa.

JiMin se alejo lo más rápido posible de su casa, tomó el camino largo y se colocó sus auriculares.

Se le acusa de traición e intento de asesinato en contra del Rey— recordó de repente y un fuerte dolor de cabeza lo inundó —por lo tanto su castigo será la muerte— muerte, esa palabra se repetía una y mil veces en su cabeza.

Cruzó la calle, cerró los ojos y tocó su cabeza con ambas manos. Un fuerte estruendo se escuchó aquella mañana justo en ese momento, un joven de cabello rosado se encontraba tirado sobre el pavimento, en medio de la calle, inconciente, sangre brotaba de su cabeza.

Las personas se aglomerabán a su alrededor, mirando aquella fatídica escena, pero ninguna hacia nada para ayudarlo, unas solo miraban sorprendidos mientras cubrían su boca y otros susurraban sobre lo sucedido.

Las personas se aglomerabán a su alrededor, mirando aquella fatídica escena, pero ninguna hacia nada para ayudarlo, unas solo miraban sorprendidos mientras cubrían su boca y otros susurraban sobre lo sucedido

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YoonGi descansaba tranquilamente en sus aposentos cuando una imagen horrible llegó a su mente.

JiMin tirado sobre el suelo, inconciente, lleno de golpes y rasguños y con una herida en su cabeza.

Se levantó de inmediato, asustado por lo que acababa de ver, se dio cuenta entonces que debía hacerlo ya, debía ir en busca de JiMin.

Camino hacia el santuario real y rogó a los dioses su perdón por lo que estaba a punto de hacer, rogó también para que lo dejasen conservar el recuerdo de JiMin, solo a él lo quería tener en su mente.

Regreso a su habitación y se sentó frente a su escritorio, tomó papel, un pincel y los tinteros, comenzó a escribir la nota delatando a su madre.

Querido Padre:

Solo espero que madre no vaya a encontrar esto, ruego por su perdón por lo que acabo de hacer, pero debo ir con él, debo encontrarlo y cuidarlo de las personas que quieran hacerle daño.

Te estarás preguntando de quién hablo, estoy hablando de JiMin, aquel chico al que ejecutaron frente a nuestros ojos y su cadáver cayó a nuestros pies, aquel chico de mejillas lindas y regordetas que tanto adoraba, por qué si, mantuve una relación sentimental con él y se que eso es un pecado muy grande e imperdonable pero no pude evitar enamorarme de él, de mi JiMin.
Por eso le escribo está carta, para hacerle saber que él no fue el culpable de su envenenamiento, si no madre. Ella es quien lo ha estado haciendo, pagando a una de las damas de la corte para que pudiese el veneno en el té, madre me obligó a acusar el inculpar a JiMin haciendo así que muriera una persona inocente.

Así que aunque me duela escribir esto, castigué a madre y a la dama de la corte también.

Una vez más imploro por su perdón, por qué se que quitarse la vida es un pecado, por qué nosotros no somos dueños de ella, es solo prestada pero ya no la necesito más, no ahora.

Su hijo, YoonGi.

Tomó la carta y la doblo por la mitad, tomó un sobre que tenía sobre otro montón de papeles y la coloco dentro, cerró el sobre y lo dejo sobre el escritorio.

Salió y ordenó a uno de los sirvientes que pasaba por ahí que fuese donde el General Kim y le informase que el príncipe YoonGi quería verlo y que al llegar entrara sin previo aviso a los aposentos. Tal como le fue indicado el sirviente lo hizo, solo tenía un par de minutos antes de que el General Kim llegará.

Tomó su espada y el sobre que había dejado sobre el escritorio y lo coloco a su lado en el suelo.

Tomó la espada con ambas manos y sin pensarlo dos veces atravesó su abdomen atravesando así también su espalda, muriendo lenta y dolorosamente, se dejó caer de costado tomando el sobre con su mano derecha.

Unos segundos después entro el General Kim encontrándose con tal escena, se acercó y tomo el sobre entre sus manos, YoonGi aún con su último aliento susurro:

—Lleve esto a mi padre, no deje que madre se de cuenta... Lo siento— murió, Kim, con lagrimas en los ojos ordenó que el cuerpo no fuese movido ni un milímetro hasta que el Rey viniera.

Fue hacia donde el Rey se encontraba y le entrego el sobre, frente a la Reina, el sobre tenía escrito “Mi Rey, lo siento mucho”.

El Rey extrañado por lo que el General Kim le acababa de entregar, saco la carta y comenzó a leerla, sus ojos se llenaron de lágrimas y fue hacia donde se hallaba el cuerpo de su hijo.

La Reina, asustada, intento huir pero ya era demasiado tarde.

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Holaaa
Espero les haya gustado
Gracias por leer
U3U

Un Siglo Sin Ti •YoonMin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora