Un Siglo Sin Ti •YoonMin•

× Capítulo Veintitrés ×

El beso continuaba de manera dulce, ambos chicos se abrazaban con cariño.

JiMin, un tanto tímido, comenzo a pasear sus manitas por el pecho y abdomen del contrario, acariciado suavemente la piel con sus dedos; saco su camisa quedando así ambos casi desnudos.

—JiMin— YoonGi se separó un poco —no sigas o no podré detenerme.

—Entonces no te detengas— continuó besándo los dulces labios del chico que tanto amaba.

—No, JiMin— se separó —no aquí, no así— los señaló a ambos.

JiMin no comprendía a qué se refería.

—¿Así como?— pregunto tomando su camisa, dispuesto a bajarse del regazo de YoonGi y ponerse de pie frente a él.

—Así, en tu habitación sabiendo que tus padres pueden entrar en cualquier momento— lo sostuvo para que no se alejara.

—Entonces no hagamos nada— JiMin bajo su mirada, un tierno puchero se formó en sus labios.

YoonGi no resistió más y volvió a besar esos labios rosados y abultados.

En cuestión de segundos estaban recostados en la cama, JiMin sobre YoonGi.

YoonGi acariciaba la espalda del menor con detenimiento, jamás había sentido una piel tan suave como la que estaba tocando en ese mismo instante.

JiMin sonreía tiernamente al YoonGi, esa sonrisa que lo hacía perderse en lo más profundo de sus pensamientos preguntándose el ¿por qué la vida le había regalado una persona tan linda y especial como lo era JiMin?, No lo sabía pero de verdad estaba agradecido por ello.

Cómo lo había dicho YoonGi anteriormente, no harían nada, tal vez un par de caricias, roces y besos, pero no tendrían sexo, quería respetar el hogar de JiMin, quería respetarlo a él, hacerle saber que no solo lo quería para satisfacerse, quería tener una relación con él, quería tener citas con él, quería ser su novio abiertamente sin tener que esconderse como hace un siglo lo hacían.

—JiMin— lo llamo.

—¿Mmh?— respondió recostado sobre su pecho.

—Te amo— dijo mientras acariciaba el cabello naranja de JiMin, el cual olía a shampoo de frutas con un toque de aroma a tinte.

—También te amo— levantó su menton para verlo a la cara —jamás había sentido algo así por alguien, de verdad te amo YoonGi.

YoonGi era el hombre más feliz cuando escuchaba a JiMin pronunciar su nombre, sabía que muchas personas lo decían a diario, pero era especial cuando JiMin lo hacía.

—¿Quieres que me quedé?— pregunto al revisar el reloj y notar que era exactamente la media noche.

—Si, quédate— JiMin asintio colocándose de nuevo su camisa y cubriéndose a ambos con la sábana.

Se recostó de nuevo sobre el pecho de YoonGi, cerrando sus ojos para entrar así en el mundo de los sueños.

—Eres lo mejor que me ha pasado, JiMin— susurro sabiendo que no lo escuchaba —y me encargaré de que nada malo te pase, te protegeré aunque tenga que dar mi vida a cambio de eso— beso su frente y lo abrazo para así él también cerrar sus ojos y caer en un profundo sueño.