Desde que Margarita tenia uso de razón ha estado enamorada del sensual y muy atractivo entrenador de los especialista.
Saul Silva.
El nombre del hombre que esta tatuado en su corazón.
Y ahora que ya era momento de empezar a estudiar en alfea, seria...
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Nadie había visto o tenido contacto con Margarita luego de lo había pasado con ella, Riven y Beatrix y luego de la declaración de amor de parte de Silva, Margarita había vuelto a su habitación a dormir un rato aprovechando que nadie estaba ahí, luego despertó tomo algunas de sus cosas y desapareció.
Se encerró en las profundidades del bosque del otro mundo con la clara intención de entrenar sus poderes por su cuenta para cuando volviera a tener al quemado de frente eliminarlo sin una pizca de piedad, dejar de ser tan piadosa y compasiva.
Todas las mañanas corría un rato por el bosque para luego hacer su recorrido de obstáculos que había hecho ella y que tenían también arboles lanzándole cosas para que ella con sus poderes las neutralizara.
Y vaya que estaba mejorando.
Nunca se había sentido tan completa que en esa semana en la que entreno sus poderes, toda su vida evitaron que ella sacara su verdadero potencial, solo le enseñaban a controlarse mas no a controlarlo.
Ella no quería volver a fallarle a las personas que amaba.
Y por esa razón aun no se había curado la herida del quemado, entrenar debilitada era una gran ventaja para ella, pues si podía soportar el dolor que causaba la infección y al mismo tiempo destruir todo lo que los arboles les lanzaba entonces cuando estuviera al cien por ciento de sus capacidades no habría motivo de falla.
Y también aprovecho esos días lejos para volverse a encontrar a si misma, se había perdido en el dolor y el trauma, se había dejado manipular no por una sino por dos personas y eso no volvería a pasar, ya no iba a volver a ser la Margarita débil e indefensa que no podía cuidarse de sí misma.
Ya no más, ese pequeño trauma que vivió le dejo una cicatriz, una cicatriz que la seguía a todos lados y que le cambio la vida, que le quito la venda de los ojos y la hizo ver el mundo como realmente es, perverso y oscuro.
Ese trauma la desbarato, pero tal vez ese era el punto, todo el dolor y el miedo y la mierda que tuvo que pasar en esas horas de desesperación mientras se manchaba las manos de sangre, mientras escuchaba los gritos de dolor, todo eso la hizo seguir adelante.
La empujo.
Tal vez solo tenia que estar un poco desordenada, salir de su burbuja antes de poder dar un paso adelante y ver que ya no podía seguir siendo la infantil, la pura y la inocente Margarita Harvey que criaron.
Que debía ser mas fuerte porque afuera había enemigos, había maldad que la buscaba y ella no iba a volver a permitir sentir esa sensación de miedo, esa sensación de sentirse indefensa nunca más.
Nunca mas iba a volver a sentir esa impotencia de no poder ayudar.
Y es que, después de todo, el mundo sabe que el cuerpo es esclavo de sus impulsos, pero lo que nos hace humanos es aquello que podemos controlar, que después de la tormenta, después de la prisa, después del calor o el dolor del momento haya pasado, podemos refrescarnos y limpiar los desastres que hemos hecho.
