Desde que Margarita tenia uso de razón ha estado enamorada del sensual y muy atractivo entrenador de los especialista.
Saul Silva.
El nombre del hombre que esta tatuado en su corazón.
Y ahora que ya era momento de empezar a estudiar en alfea, seria...
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Luego de aquella gran reunión con Farah, de una despedida digna de estar documentada en los libros de historia, dado que es algo extraño, aunque común en hadas poderosas hacer tales apariciones como la que Dowling logró realizar ante las chicas que eran más que sus alumnas.
Ahora, Farah Dowling podría descansar en paz, había logrado despedirse y dar la información que necesitaba, obviamente le hubiera gustado despedirse de Silva y de Ben, sus grandes amigos y colegas desde sus días de estudiantes de Alfea, quería ver a sus amigos una última vez, aunque por desgracia eso no se logró.
Lo que si logró es asegurar que el bienestar de uno de sus más queridos amigos, el bienestar de Saul, por años le decía que debía conseguir a alguien que le hiciera sentir bien, que tuviera a una persona con la cual regresar a casa, con quien estar feliz, pero siempre ha estado negando el hecho de necesitar a una mujer en su vida, al menos hasta que Margarita nació y creció como una de las mujeres mas hermosas y de gran corazón que hay.
Y ahora, Saul Silva estaba en buenas manos.
Margarita y Bloom se abrazaban junto con el resto de las demás, viendo el polvo de estrellas que salía del alma de Farah para unirse al resto de almas que descansaban en el más allá.
Y mientras ellas estaban en su paseo, Saul Silva y otros especialistas se encontraban afuera de la casa del enemigo, donde no había absolutamente nadie, dando por hecho de que tenían a más de un infiltrado ya que alguien pudo haberles avisado.
—¿Aun no encuentran a Bloom?
—No y nos quedamos sin electricidad hace unos minutos, no se si es una distracción para sacarla o si esta por ahí, perdiendo el control
—Bloom no es peligrosa, créeme
—No estes tan seguro
Y antes de que se terminara la llamada, alcanzó a escuchar un fuerte grito, seguido de mensajes de sus estudiantes avisando de un ataque sorpresa, Andreas y Saul se observaron y pensaron lo mismo: Margarita.
Si, también debían salvar a los estudiantes, pero si Sebastián obtenía a Margarita, todo lo demás estaba perdido, ella era el arma definitiva, el santo grial de los brujos de sangre, la que puede hacer que la guerra se pierda o se gane y debían ir a salvarla cuanto antes.
