Desde que Margarita tenia uso de razón ha estado enamorada del sensual y muy atractivo entrenador de los especialista.
Saul Silva.
El nombre del hombre que esta tatuado en su corazón.
Y ahora que ya era momento de empezar a estudiar en alfea, seria...
La oscuridad de esa noche sin luna era evidente en cada rincón del otro mundo, esa noche que no parecía presagiar nada bueno para las hadas y especialistas que vivían en Solaría en especial las que vivían en Alfea.
Pero a pesar del extraño y tétrico ambiente que había, algo maravilloso sucedía en una de las habitaciones del inmenso y glamuroso castillo que era el instituto de Alfea, pues en ese mismo momento, la esposa de Ben Harvey estaba dando a luz a unas hermosas mellizas.
La primera en nacer fue Margarita, una hermosa niña que apenas y había llorado cuando nació, el medico que se encontraba en la habitación se la paso a la madre para que la viera, pero ella apenas y pudo tenerla unos segundos en sus brazos cuando la puerta se abrió abruptamente dejando ver a ese valeroso especialista.
Saul Silva
Quien estaba algo agitado por la corrida y lleva su espada en mano.
- ¿Qué sucede? - pregunto Ben preocupado
-los quemados están atacando la barrera, Rosalind y Farah piensan que es por ella- responde Silva señalando al pequeño bulto que sostenía la esposa de Harvey
-es solo una bebé ¿Qué daño puede hacer una bebé? -
-Rosalind detecto una increíble cantidad de magia pura y brillante proviniendo de ella y tiene la teoría de que los quedamos la quieren- responde Silva sintiendo lastima por su amigo- debo llevarla a un lugar mas seguro, afuera me espera Andreas para llevarla al palacio de Solaría donde estará a salvo-
-pero...
-llévatela- ordena la mujer extendiendo sus brazos para que la cargara, Silva se acerca y la toma con una delicadeza sorprendente, la mujer toma su mano llamando la atención del hombre- su nombre es Margarita- dice con dolor en la voz por tener que separarse de su bebé- cuídala-
-la cuidare con mi vida si es necesario- la seguridad y la seriedad en su voz le dio a la esposa de Ben la confianza de que ese hombre hablaba en serio.
Y para ella solo falto ver la manera en la que el especialista miraba a su hija, para saber que no solamente la cuidaría en ese momento, sino que la cuidaría por el resto de su vida.
...
Margarita 3 años
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La pequeña rubia había sido todo un dolor de cabeza para el pobre de Ben Harvey, por el hecho de que siempre que la dejaba en un lugar totalmente quieta, al darse la vuelta y volver a verla ella ya se encontraba afuera en el bosque persiguiendo pájaros, mariposas, abejas o simplemente jugando con pétalos de flores
Y Ben estaba eternamente agradecido con su amigo Silva por cuidar de la pequeña, él aseguraba que, si no fuera por Silva, Margarita ya se hubiera extraviado en el bosque hace muchísimo tiempo o hubiera sido devorada por un animal salvaje o caído de un barranco.
