Capítulo 4: Despertando el león dormido

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el mundo afuera de Alfea apenas estaba despertando, el sol aun no salía, el cielo seguía oscuro y el frio helaba los huesos, ese frio que siempre causa la aparición de los rayos del sol, en el bosque, los pájaros se preparaban en las ramas mas alt...

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el mundo afuera de Alfea apenas estaba despertando, el sol aun no salía, el cielo seguía oscuro y el frio helaba los huesos, ese frio que siempre causa la aparición de los rayos del sol, en el bosque, los pájaros se preparaban en las ramas mas altas de los árboles para recibir el calor que les proporcionaban los primeros rayos del sol, mientras que en el suelo, las libélulas apagaban sus luces para ir a sus hogares, las flores empezaban a florecer y en una de las habitación dentro de Alfea se encontraba una hermosa chica rubia durmiendo plácidamente.

Al menos hasta que Farah Dowling la despertó con suavidad confundido a la rubia de ojos verdes.

-sea lo que sea no fui yo- murmura Margarita mas dormida que despierta y Farah le sonríe con algo de cariño

-no vengo por eso Margarita, necesito que vengas conmigo- pide y Margarita asiente sin hacer preguntas mientras se sentaba en la cama, se ponía sus pantuflas y un abrigo para acompañar a la directora- iremos al bosque- informa viéndola de arriba abajo- ¿no quieres cambiarte? -

-nah, me gusta sentir el frio del amanecer y la tierra en mis pies- responde restándole importancia y siguiendo a la directora hacia afuera de Alfea- ¿a que iremos al bosque? - cuestiona curiosa caminando a su lado

-lo sabrás cuando lleguemos- informa sin dar detalles, pero como Margarita prácticamente creció junto a Farah sabia que la directora tendía a ser muy reservada y misteriosa con sus intenciones algo que sin duda pensaba que era una pésima cualidad.

En especial si ocultaba secretos de gran impacto para las personas.

-sabe, no sé si me gusta mucho tanto misterios que se trae usted siempre encima- murmura haciendo un pequeño puchero y Farah sonrió divertida

-cuando seas más grande entenderás que a veces lo mejor es ser misteriosa- responde antes de cruzar la barrera encontrándose con Saul Silva detrás de esta esperando a la directora.

Abriendo los ojos ligeramente de sorpresa al ver a la joven que venia junto con Farah, pero antes de poder decir algo, Ambos se miraron, los metros de distancia entre ellos no importaba porque los pensamientos se materializaron, se cayeron al suelo y rebotaron hasta huir.

En la decima de segundo durante la que se sostuvieron la mirada todo se congelo; a su alrededor se paro hasta la brisa que agitaba levemente los árboles, el sonido de los estorninos que cantaban extasiados por la salida del sol, pero ella pestañeo y ambos apartaron la mirada, avergonzados, azorados y seducidos de pronto por la idea de que el otro descubriera el amor que escondían detrás de sus ojos.

Y Farah observo todo de pie como una simple espectadora, sintiendo tanta tristeza y compasión por su amigo y su joven pupila, que se miraban con un anhelo y un cariño que era palpable en el aire.

Que parecía como si de repente el mundo a su alrededor dejara de existir y solamente existieran ellos dos, como Adán y Eva al inicio de los tiempos, como dos amantes destinados a estar juntos pero que al mismo tiempo se negaban a dar ese paso que cruzaría la fina y delgada línea entre director y estudiante...de amigos a amantes.

Silva|Fate: Saga WinxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora