III

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"Uchiha Itachi y su gallina infernal".


Había pasado cerca de un mes desde el nombramiento de Itachi como Hokage

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Había pasado cerca de un mes desde el nombramiento de Itachi como Hokage. Y también pasaron los días en los que la fecha de casamiento se había consumado.
Oficialmente los Uchiha eran esposos. Y se habían jurado frente a pocas personas confiables amarse hasta el final de sus días.

Sasuke tenía varios días sintiéndose distinto, más irritable y sensible que de costumbre. Su apetito no había cambiado mucho, pero la casa se veía faltante de vida.

Itachi pocos días atrás le comentó que la casa en construcción estaba casi lista, tal vez en dos semanas más y con unas cuantas decoraciones tendrían listo su nido de amor.
Uno que entre los dos, con mucho trabajo y obviamente esfuerzo lograron.

El cacareo de la estúpida (al parecer de Sasuke) gallina no se escuchaba desde el amanecer, y no había tenido oportunidad de buscar al animal con el desorden algo acumulado en la casa. Ni siquiera había retirado su pijama (a pesar de que ya fuera tarde) y estaba barriendo la cocina cuando recordó a tan inútil ave (que no podía volar, irónicamente) que vivía en el jardín de la casa en un corral que Itachi le había construido con cariño.

Encaminó sus pasos hasta el silencioso jardín, y entró en una completa desesperación al ver una parte del corral destruido, algunas plantas picoteadas y bastantes de las flores que él cuidaba arrancadas desde su raíz y esparcidas por el pasto.

Estaba completamente enojado y frustrado.
La tonta gallina que Itachi cuidaba como si fuera su hijo había escapado y maltratado su jardín.

Los quehaceres de la casa no estaban completados, pero sabía que Itachi estaría bastante deprimido por la ausencia de su animal. Así que decidió buscar al ave infernal.

Salió a buscarla por las calles de la aldea, hacía una temperatura bastante elevada y sus pies a los pocos minutos de caminar se sentían hinchados y calientes.

—Odio esto— dijo viendo como las miradas le recorrían la mano en donde su anillo reposaba.

Un grito despavorido apareció cerca de donde estaba, era uno de terror, o por lo menos un grito exagerado.
Corrió a ver que sucedía.

En un puesto de flores estaba una clienta que señalaba con su índice a la gallina que Sasuke buscaba. La mujer era quién había gritado fuerte y que ahora despotricaba frenéticamente en contra del animal con plumas parado sobre una maceta de margaritas, arrancando los pétalos de ésta con la mirada fija en la señora que soltaba una y mil barbaridades. Era como si sus pequeños ojos desafiaran a la mujer.

La vida de un Hokage UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora