VIII

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"Uchiha Itachi y su relación en decadencia".

Vivir en la torre Hokage era una sensación pesarosa a su mente y corazón

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Vivir en la torre Hokage era una sensación pesarosa a su mente y corazón.

El Sexto Hokage trabajaba y vivía en automático, como un sistema avanzado que su cuerpo desarrolló para ser eficiente en su trabajo y sobrevivir sin el calor del amor.

Sus últimos días, donde el trabajo había dejado de ser tan absorbente, Itachi se quedaba mirando por horas el azul cielo desde la cima de los rostros de los Hokages o incluso desde la ventana de su oficina.

Había cumplido su promesa de no regresar a casa. Era muy doloroso intentar pensar en que realmente existía alguien que estaba haciendo que Sasuke se apartara de su lado, que había alguien que sí podía ser suficiente para su esposo y que sí le dedicaba tiempo a él sin importar el trabajo que tuviera.

Las veces en las que iba a su hogar era para cambiar algunas ropas, lavarlas y darle un poco de atención a la gallina que dejó en el corral. Solía hacerlo por las noches, cuando sabía que Sasuke se encontraría dormido o que no iría a salir de la habitación.

En más de una ocasión había visto que la casa nuevamente se encontraba sola, y eso le dejaba mucha incertidumbre. ¿De verdad había sido un terrible esposo para que a su pareja ya no le importara marcharse junto a su posible amante?

En esta tarde, las cosas parecían ir de mal en peor. Esperaba con nervios y dolor el momento en el que Sasuke atravesara las puertas y le pidiera separarse o divorciarse. Quién diría que su matrimonio no pudo pasar los dos años, y que finalmente su destino de ser rechazado por la única persona que amaba se iría a cumplir en este momento.

El dolor en su pecho le hizo pasar el trago de agua con mucha dificultad. Su aspecto demacrado era solo una exteriorizacion del desastre en su mente. Las pesadillas habían aumentado con cada día que pasaba y su calidad de sueño había bajado notablemente.

Los toques en la puerta avisaron la presencia de alguien afuera. La oficina recibió a Nara Shikamaru y detrás de él a Sabaku No Temari, un matrimonio que había tomado lugar casi al mismo tiempo que cuando Naruto y Sakura se casaron.

La pareja acababa de llegar de una misión en grupo, y ellos dos iban a entregar el reporte. El corazón del Hokage se sumió en el dolor y la decepción. Al parecer Sasuke no quería verlo en definitiva.

—Ah, qué problema fueron esos sujetos— inició Shikamaru al darle el pergamino a Uchiha Itachi—. Todos los rescatados ya están recibiendo atención médica, y algunos del escuadrón también.

Itachi asintió firmando el pergamino y poniendo el sello de la aldea.

—Buen trabajo.

La vida de un Hokage UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora