•16. Una navidad mágica•

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Dos meses habían pasado desde que Scarlett fue rescatada de la casa de sus horribles tíos. Diciembre llegó y con él el frío y la época más mágica del año: La Navidad. Lily y James se propusieron hacer de aquellas primeras navidades las más bellas y mágicas para su pequeña princesa quien no parecía haber disfrutado de unas grandiosas navidades con aquellos monstruos. Decididos a hacer feliz a su hija, Lily y James se esmeraron en decorar la casa. Sirius no dejaba de llevar a Scarlett de un lado a otro para comprar regalos. Los adultos se sintieron satisfechos al ver cómo la sonrisa no se desvanecía del rostro de su pequeña.

La víspera de Navidad fue un día muy especial. Scarlett no dejaba de reír de felicidad. Sus navidades nunca fueron especiales, de hecho, aquellos días eran terribles con sus tíos. Le mandaban a hacer tareas, cocinar, limpiar y luego la encerraban en la alacena con un trozo de pan y un vaso de agua. Cuando Scarlett le contó a su madre sobre sus pasadas navidades, Lily tuvo que hacer uso de cada gota de autocontrol en su cuerpo para no ir a por su hermana y matarla. Le tomó mucho esfuerzo serenarse, pero finalmente lo consiguió. Tomando un largo suspiro, se agachó a la altura de su hija y la abrazó.

- Te prometo que a partir de ahora tus navidades serán muy felices como las de cualquier niño – Dijo Lily mirando aquellos bellos ojos verdes que su hija heredó de ella.

Dispuesta a cumplir su promesa, Lily se encargó junto a James y los merodeadores mostrarle a su pequeña cómo de mágicas y bellas podían ser aquellas festividades. Compraron regalos, hicieron galletas, en fin, hicieron de todo para hacer de sus fiestas las más mágicas y especiales. Incluso Severus se apuntó para cenar con ellos aquel veinticuatro de diciembre. Al llegar, Scarlett le abrazó haciendo que el semblante permanentemente serio del profesor de pociones de ablandara un poco.

- Hola, pequeña, ¿cómo estás? – Preguntó a la niña.

- Bien, feliz navidad, tío Sev – Felicitó la niña a su tío y al que sería su futuro profesor de pociones.

- Feliz navidad – Respondió el hombre con una gran sonrisa mientras tomaba a la niña en sus brazos para abrazarla y besarla.

Para Severus aquella noche era muy especial. Hacía años que no compartía con nadie aquella fiesta. O se quedaba solo en su casa bebiendo Whiskey hasta caer rendido o se quedaba en el colegio cenando con los profesores y los insoportables alumnos. Sin embargo, aquel año todo cambiaría, algo que él jamás pudo haber sospechado. Si un año antes, alguien se hubiera presentado en su casa y le hubiera dicho que las próximas navidades las pasaría junto a los Potter y el resto de los merodeadores, o le habría dado una paliza por venir a tocarle las narices o le habría mandado a San Mungo para que le revisaran. Pues al parecer, en la vida lo imposible no existe, porque ahí estaba en el salón de los Potter abrazando a la pequeña Potter, saludando con amabilidad a sus nuevos amigos o besando la mejilla de su mejor amiga. Por fin conocería cómo era un hogar la noche más especial y mágica del año.

Como una familia unida y consolidada, todos fueron ayudando a Lily a poner la mesa. Incluso los Tonks se apuntaron llegando con una preciosa pelirosa que se enamoró de Scarlett una vez que la vio.

- Hola, pequeña. Soy Dora Tonks, soy tu prima. – Se presentó ante la niña que la miraba con una alegre sonrisa. Aquella chica le había caído muy bien. - ¿Sabes? Tú y yo seremos las mejores primas del mundo. – Dijo antes de abrazar a Scarlett

Los adultos miraban aquella escena con mucha ternura. La niña que contaba con doce años ya se había autoproclamado prima y protectora de la pequeña ojiverde y contra eso ya nada podía hacerse. Scarlett descubrió por primera vez lo que era tener una prima que jugaba con ella y que la cuidaba.

- ¡Wow! ¿Cómo lo has hecho? – Preguntó al ver como su recién estrenada prima cambiaba su cabello y ojos a rojo y verde esmeralda respectivamente.

- Soy metamorfomaga, puedo cambiar cualquier parte de mi cuerpo – Dijo mientras ponía nariz de perrito haciendo que Scarlett riera encantado al descubrir los ocultos talentos de su nueva prima.

Durante la cena, Scarlett disfrutó de la compañía de su familia y de su prima. James y Lily miraban con ternura la interacción entre las dos primas. Los ojitos de Scarlett brillaban al ver como una niña mayor aceptaba su compañía y jugaba con ella.

- Creo que nuestra bebé necesita conocer a más niñas – Dijo James mientras recogía la mesa.

Lily asintió.

- Había planeado visitar la mansión de los Longbottom. Necesito ver a Augusta y Neville. Todavía no los hemos visitado y ya quiero que Scarlett conozca a su hermano espiritual.

- Estoy seguro de que serán grandes amigos – Dijo James tristemente al recordar el estado en el que se encontraban los Longbottom.

Lily lo abrazó.

- Te prometo, mi amor, que haré lo que sea para ayudarlos. Alice y yo habíamos investigado mucho sobre la maldición Cruciatus y sus efectos, estoy segura de que podré encontrar una solución una vez que recupere mis apuntes.

A Frank y James les unió siempre una gran amistad ya que se conocieron desde muy pequeños. Podría haber sido un merodeador, pero Frank había decidido que se metía en demasiados problemas con su torpeza como para pasarse la vida haciendo bromas.

Una vez terminaron de recoger, pusieron los riquísimos postres que Lily se esmeró en preparar.

- Scarlett y Nymphadora han hecho buenas migas. – Dijo Andrómeda mientras observaba a su hija y su sobrina jugar con Sirius.

- Desde que la sacamos de ese infierno no tuvo contacto con ningún niño. – Afirmó Lily – Estaba muy preocupada por este aspecto.

- Creo que Scarlett está avanzando muy bien. De hecho, conozco a una familia que tienen un hijo de su edad. - Dijo Ted.

- Los Weasley tienen un niño de su edad y una niñita adorable más pequeña. Creo que tiene un año menos. Los mayores no se quedan atrás, son niños muy buenos. Si quieres, puedo hablar con Molly y organizar un encuentro en mi casa o en la suya. – Propuso Andrómeda.

- Te estaría muy agradecida.

Lily conocía muy bien a los gemelos Prewett pero nunca tuvo mucha relación con su hermana mayor. Cuando los chicos fallecieron, ella estaba escondida.

El resto de la noche la familia siguió disfrutando de la compañía llena de juegos, música y bailes.

Al día siguiente, los ojos de Scarlett brillaron al ver que había regalos para ella. Abrazó a sus padres y tíos y les agradeció una y otra vez.

- Te has comportado muy bien, pequeña, por tanto, te mereces una recompensa. – Dijo James.

Junto a Dora, Scarlett abrió sus regalos y disfrutó viendo como sus padres y tíos abrían los presentes que ella había hecho para ellos. James y Lily se abrazaron mientras veían a su hija, feliz rodeada de amor y magia. Querían que su bebé viviera unas navidades mágicas y por lo visto lo consiguieron. 

Una nueva vida para Scarlett || Fem HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora