28. Me sorprendes

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Capítulo 28

Emily

Veo llegar a más señores adentrándose al establecimiento, Erik está a mi lado, entonces lo miro.

– ¿Siempre son los mismos? – exclamo volviendo a mirar por la puerta de vidrio.

– Mira, te cuento, ese del medio es el Señor Wady – habla señalando a un Señor de estatura media, como dijo Erik se encuentra justo en el medio de todos.

– El que está a su costado es Ron, lo llaman el jefe – dice esta vez refiriéndose a un Señor bastante alto con notables canas y unos lentes negros por la cabeza. Lo miro con sorpresa y el asiente con la cabeza.

– Y él otro es Santos, creo que es sobrino de Ron y dicen que empezó a andar en estas cosas desde muy joven – exclama Erik señalando al joven que venía con ellos.

– Luego están los abogados – termina de hablar, mostrándome a los tres señores que se encuentran de espaldas, observo a cada uno de ellos.

El primero es un flacucho, pero no muy alto, el del medio se nota que es rubio, muy robusto y el último es quién me llama la atención, un Señor con pelos negros, de estatura mediana, ni es muy bajo, ni es tan alto, me da curiosidad su apariencia, no logro ver su rostro ¿Por qué no volteas hombre?

Pero aún hay lugares vacíos.

– ¿Faltan más No? – indago mirando a Erik.

– Los nuevos socios o clientes y el repartidor de siempre – habla dirigiéndose al refrigerador.

Veo que el Sr. Wady hace un gesto hacia la entrada apareciendo cuatro señores más, ocupando los lugares que faltaban.

– Ya están todos – aviso a Erik, éste me pasa un refresco que había sacado para él y va a traer el vino junto con las copas.

– No salgas – exclama preocupado, no pienso contradecirlo, aunque lo haga siempre, esto no lo había visto más que en películas y al tal jefe ese recuerdo verlo en las Noticias, buscado por estafa y eso me lo confirmo Erik hace un momento.

Nunca se encuentra nada en su contra, todo lo hace muy bien o mejor dicho todo lo esconde muy bien.

¿Cómo logran esconderse tan fácilmente?

Un fuerte estruendo hace que me asombre y veo a Erik mirar hacia donde estoy, pero el ruido viene de atrás.

– ¿Qué fue eso? – pregunto a Erik que entra con la botella de vino vacía.

– Ha de ser el repartidor que siempre entra por la puerta trasera – espeta sacando otro jugo porque este que me lo había dado ya me lo tomé.

Hay un pasillo en dirección a la puerta de la cocina que termina justo hacia la salida de atrás, en donde veo entrar a una figura, entrecierro los ojos para tratar de ver mejor quien es.

Mientras éste se acerca abro la boca ligeramente a causa del asombro.

– No puede ser... – hablo aún sorprendida.

– ¡¿Qué?! – exclama Erik sobresaltado, no digo nada, observo que Luca deja un paquete en el centro de la mesa, el tal joven hace unos gestos y este se marcha del lugar por el mismo sitio que entró.

– ¿Ese chico es el de siempre? – cuestiono a Erik que se había acercado a mí.

Curiosidad, es todo lo que siento en estos momentos.

– A este no lo había visto antes, pero creo que tú sí lo conoces – exclama él esperando alguna respuesta de mi parte.

Estaba tan segura de que conocía muy bien a Luca, pero últimamente ha cambiado tanto que no lo reconozco.

Niego con la cabeza en respuesta a lo que me había dicho Erik.

Ahora toda cuadra, a esto se refería con aquella entrega que había mencionado por teléfono. Sólo espero que Luca este consciente y no se deje arrastrar por estas personas en estos asuntos.

Es obvio que nada bueno saldrá de esto.

Ay, Luca ¿Qué estás haciendo?

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