60. Gracias

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Capítulo 60 

Derek

Había pasado toda la mañana en casa de Emily, pero ella aun no regresaba. Me abre visto como un idiota cuando intente reclamarle y es que no tengo derecho de hacerlo.

Noto que me llegó un mensaje.

Se que no tengo derecho a buscarte cuando fui yo quien falló en la relación y lo siento. Siento mucho haberte echo perder el tiempo

Solo quiero que sepas que estoy realmente arrepentida y no espero me perdones, pero recuerda que una parte de mí siempre va a quererte como nunca quise a nadie...

Tampoco espero una respuesta a esto, sentí que era necesario despedirme y agradecerte por los momentos maravillosos que vivimos

Gracias.

Sandy, se está despidiendo como si fuera a marcharse...

Bajo el celular en la mesa que está en medio de la sala, quiero también disculparme por lo que dije y por haber estado con ella cuando ya no sentía nada, pero es mejor si no lo hago.

Tanto ella como yo, sabemos el mal que nos hicimos estando juntos y el tiempo hará su trabajo, yo confío en que ella estará bien en algún momento...

Al igual que yo. No la respondo, la dejo en leído mientras miro en un punto fijo de la pared.

No sé cuántas horas han pasado, miro el móvil, son casi las dos de la tarde y ni siquiera he comido nada, el sonido de la puerta me interrumpe, de hecho, no me interrumpe porque no estaba haciendo absolutamente nada. Emily entra tatareando una canción que no logro descifrar, pero deja de hacerlo al verme en su sala.

– ¿Te quedaste aquí toda la mañana? – habla acomodando su mochila en un costado. – No, yo... – preparo una excusa, pero sé que es inútil, ella me mira levantado ambas cejas. – Si – afirmo sin más.

– ¿Por qué? – espeta sentándose al sofá que esta divida por la mesita que tengo en frente.

– Mi relación con ella no era buena, lo se... – hablo con la intención de que también vea que esto está siendo un poco complicado para mí. – Pero, yo me pregunto ¿Realmente vale la pena esto que estoy sintiendo ahora? – no se bien a lo que me refiero con esto que estoy diciendo.

– ¿Qué es lo que sientes ahora? – su pregunta me toma por sorpresa, porque ni yo mismo lo se. – No sé, no sé si es rabia o ¿Alivio? – suelto una risa seca. – Ey – exclama mudándose a mi lado. – Ya está, lo que pasó ya pasó y si no la hubieras terminado ese día, lo ibas a hacer después – espeta con tranquilidad. Y tiene razón, pero si solo me hubiera dado cuenta...

– Ya no le des tantas vueltas y levanta ese trasero, vamos a comer – habla mirando mi móvil...

Mierda.

Yo había venido aquí con la excusa de que perdí el celular.

– ¿No dijiste que perdiste el celular? – indaga sin dejar de mirarme. – Si, bueno no, porque lo tenía conmigo y no lo sentí – ella me mira entrecerrando los ojos, estoy seguro de que no me cree.

– Lo siento – me disculpo no solo por eso, sino por molestarla demasiado, ella tendrá cosas que hacer y yo aquí haciéndola perder el tiempo.

Una sonrisa de burla se dibuja en su rostro. Agarro la almohada que estaba del otro lado y lo llevo justo por su cara.

– ¡De esta no te salvas! – exclama tomando otra almohada devolviéndome el golpe mucho más fuerte. Entre risas y risas se escucha el sonido del móvil de Emily sonar desde la mochila que dejó a un costado de la puerta. Ella sonríe de una manera especial mientras mira la pantalla del celular, puedo asegurar que es Luca quien lo está llamando.

– Hola... – hace una pausa mientras la persona desde el otro lado habla. – No, ya estoy en casa – me dirige una mirada para luego mirar hacia la puerta, mientras juega con su cabello. – Hoy mamá llega temprano, pero podemos hacer algo mañana – si es Luca. Sonrío pensando en que lo está cancelando para quedarse un rato más conmigo.

– Está bien. Si, te hablo luego – corta la llamada volviendo hacia mí aun con la misma sonrisa que tenía hace un rato. Al mismo tiempo veo a su madre entrar con unas bolsas de super en la mano, no lo estaba cancelando, ella estaba hablando en serio.

Idiota yo por creer otra cosa...

– Holaaa... – saluda Emily dirigiéndose a su madre, hago lo mismo ayudándola con las bolsas.

– Ya me iba, no me mires así – exclamo a la madre de Emily, ella solo sonríe adentrándose hacia el interior, salgo quedando fuera de su casa.

– Gracias... por el alojamiento – sonrío viendo como baja las bolsas para acercarse a la puerta.

– Cuando quieras, siempre y cuando no pongas una excusa para venir – expresa mientras llega hasta donde me encuentro. – Eso fue culpa de alcohol – me tapo la cara en señal de vergüenza.

La miro antes de volver a hablar. – ¿Qué? – espeta antes de que yo lo haga. – Nada, solo que... – hago una pausa acomodando las palabras que saldrán de mi boca. – Olvide decirte cuanto deseo que las cosas con Luca salgan bien – una sonrisa se dibuja en mí y también en ella.

Me acerco y la tomo de ambas manos, no soy muy sentimental y si no le digo todo esto ahora, tal vez ya no lo haga. – Espero que él sea esa persona que tanto estabas esperando... porque te mereces alguien que te quiera tanto como tú sabes querer – asiento con la cabeza como si esto que estoy diciendo debo creérmelo yo y no ella. Recuerdo las veces que hablábamos de como seria la persona que eligiéramos para nuestra pareja y ella eligió a un rubio, siempre quiso alguien como Luca y hasta ahora se da cuenta.

Emily no dice nada, solo se acerca a envolverme en un abrazo.

– Y es rubio – exclama como si los mismos recuerdos estuvieran en su mente justo ahora. – Es rubio – afirmo a la vez que ella se separa de mí.

– Nos vemos – hablo listo para dirigirme a mi casa.

– Adiós – espeta sonriendo.

Ella merece a alguien como él.

Y Luca merece a alguien como Emily.  

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