Capitulo XI; Epílogo

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«Viaje»

La mañana llegó rápidamente a Konoha, había pasado una semana desde aquella hermosa confesión por parte de dos miembros del antiguo equipo siete.
Los cuatro integrantes permanecian en las grandes puertas de la aldea despidiendo a uno de sus compañeros.

–¿Enserio tienes que irte?– preguntaba una pelirosa con una gran tristeza.

–Es una misión que tengo que completar– respondió. –Volvere te lo prometo– sonrió levemente.

–Y si te dijera que me llevarás contigo…– sugirió y evito completamente su mirada. Sabía que respuesta obtendría pero valia la pena intentarlo.

–Te lo prometí– dijo y llevo dos de sus dedos a la frente de la chica. Un pequeño sonrojo de hizo evidente en su rostro y pronto recordó aquella promesa.

Aquel día en que se había marchado para expiar sus pecados no sin antes prometerle a la única miembro mujer de su equipo que algún día iría con ella, solo ellos dos.

Dos pequeños brazos rodearon el cuerpo del azabache, era Sakura quien había abrazado fuertemente a su amado y ocultado su rostro en las ropas del mismo, aspirando su dulce aroma a lavanda.

–Gracias Sasuke-kun– susurro la pelirosa con una gran sonrisa.

Ambos se marcharon tomados de las manos no sin antes despedirse de Naruto y su sensei. Los dos hombres veían con una sonrisa aquella escena, después de tantos años Sasuke al fin abría su corazón y correspondía los sentimientos de la pelirosa. El Hatake estaba más que feliz que su alumna casi hija por fin encontrará el amor verdadero.

–Estoy feliz por Sakura-chan– decía el de cabellos plateados.

–Estoy seguro de que ellos regresarán con una sorpresa– decía entre risas el rubio mientras venía venir a su esposa la cual cargaba un pequeño bulto en sus brazos –Se lo que te digo Kakashi-sensei– soltó una carcajada y dirigió su vista a su sensei.

–Tengo que detenerlos, Sasuke corompera a la dulce Sakura– dijo con temor aunque en verdad bromeaba.




«Embarazo»

Llevaban alrededor de ocho meses viajando juntos sin parar. Saltaban sobre las gruesas ramas de los árboles cuando las náuseas la invadieron haciendo que parara de inmediato sin decir nada.
Sus manos taparon su boca y una mano desconocida se poso sobre su hombro izquierdo, rápidamente identifica que era Sasuke.

–¿Estás bien?– cuestionó –Deberiamos parar– sugirió.

–Yo estoy bien, quizás es por qué comí algo malo– es excuso. El ninjutsu médico brotó de sus manos y rápido se colocaron sobre su estómago, absolutamente nada. Y luego a su vientre, quizás su regla estaba por llegar.

Sus ojos se abrieron, había quedado sin palabras, “Esto no debería estar pasando” pensó. Aunque era de esperarse, en ningún momento ellos usaron protección o hicieron algo para cuidarse.

–¿Que sucede?– pregunto al ver qué su ahora novia no decía nada.

–Yo…– busco las palabras –solo estoy un poco cansada– era la verdad, ella estaba cansado pero decidió omitir el por qué.

En tu mundo  «SasuSaku»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora