Capitulo II; Recuerdos

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Era una mañana cálida de otoño, el sol se mostraba lentamente en el horizonte, las personas que vivían en aquel pueblo despertaban para comenzar sus tareas.

En la mansión de Ootsutsuki, los dos hijos de aquel viejo hombre, se encontraban sentados frente a el mismo, pues había una noticia por ser comunicada.—No queremos una nana, no la necesito.—Dijo sin más el mayor de los hermanos. Indra.

El viejo negó. —No es tu nana, ella no estará aquí solo para cuidar que ustedes dos se porten bien.— Añadió. —Sera su mayor, ella les enseñará un poco.

En respuesta el pequeño castaño solo bufo con molestía.

—Shio, por favor entra.

Una joven se a dentro en la habitación, no era cuatro años más grande que aquellos hermanos. Ella era de unos ojos oscuros en un color verde, podrían compararse a los árboles de primavera, aquellos que acaban de florecer, sus cabellos extrañamente rosas pálidos y largos.


La joven apenada hizo una reverencia. —Mucho gusto conocer a Ashura-San Indra-San, soy Shio Haruno. El día de hoy me convertiré en su amiga y maestra.

El menor soltó unas risitas. —Y serás nuestra nana.

Un tic se formó en el rostro de la chica, mentalmente creyó que sería realmente fácil tratar con niños menores a ella, ahora se arrepentía completamente.

—Aun así es un gusto conocer a Shio-Nim. —Ebozando una sonrisa el menor se inclino. —Hare lo mejor para no ser una carga.

—Un gusto, Shio.—Ciertamente al mayor no le agradaba la idea de tener una nana, pero tenía modales y sabía tratar a una dama.

—Deberían mostrarle el lugar a Shio, ella es nueva aquí.


En compañía de los jóvenes, caminaron por aquella gran casa. El lugar era solitaria, no demasiadas personas caminaban a sus alrededores, pero aún así, el lugar parecía bastante cálido y acogedor.

Intentado romper el silencio, el menor hablo. —¿Que edad tienes?.—Cuestiono sin apartar la mirada de la peli-rosa.

—Tengo dieciséis años.

En los próximos años, un lazo se formó entre aquellos jóvenes, quienes estaban por ser adultos. Ambos hijos del Ootsutsuki se encontraban caminando por el gran bosque de la villa. —¡Al fin te encontramos Nim!.— Exclamó él menor.

—¿Que es lo que sucede?.

—Padre está enfermo.

Sin tardar mas, los tres salieron del bosque y caminaron en dirección a la mansión, donde el viejo hombre yacía postrado en cama. No era un secreto su avanzada de edad, pero aún parecían quedarle largos años de vida.

Sin esperar mucho más, la peli-rosa colocó ambas manos sobre el pecho de Hagoromo, quién se sintió aliviado al sentir una cálido calor.
De las finas manos de la mujer, una tenue luz en color verde se mostraba.
En cuanto la luz desapareció la chica se apresuró a hablar. —¿Cómo se encuentra?.

En tu mundo  «SasuSaku»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora