7. El Desfile de Tributos.

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—¿Sabes, Hanae? Considero que el tratamiento de belleza es un procedimiento plenamente innecesario. — la voz de Wei WuXian denotaba reproche.

Hanae solo rió divertida.

—Mi querido Wei WuXian, te aseguro que es más necesario de lo que crees. —sus pasos los guiaban por el corredor que los llevaría al ascensor del edificio. —Te creo que la primera vez es un poco incómodo, pero los resultados son inigualables.

Un poco incómodo para ella definitivamente no era lo mismo que extremadamente humillante para ellos.

Wei WuXian aún tenía algunos problemas para caminar sin sentir una brisa extraña entre sus piernas. Lo cual, para él y supuso que para su compañera de distrito, resultaba mucho más que incómodo.

—Te acostumbraras. —siguió hablando con condescendencia. —Además, no me negaras que tu piel en este momento se encuentra a otro nivel de suavidad.

Punto a favor de su delegada.

Lo cierto es que nunca en su vida, su piel y su cabello habían estado tan brillantes y sedosos. Así que se podía decir que la mujer tenia razón, el resultado valía la pena.

—como no han dormido mucho desde que llegamos, tendrán un par de horas para descansar en sus habitaciones antes del desfile. Así que traten de dormir un poco.

Ninguno de sus dos tributos había tomado en cuenta que habían pasado más de dieciséis horas encerrados con sus estilistas, siendo sometidos a quien sabe qué tanto químico y mascarilla. Casi sin comer y sin dormir para nada. El descanso era necesario a esas alturas.

Una vez dentro del ascensor, no sintieron el movimiento que este produjo. Era como estar dentro de una burbuja de vidrio, y eso era intimidante para ambos, quienes habían tenido un poco de dificultad para adaptarse al movimiento del tren bala en el que habían llegado.

Cuando llegaron al nivel que les correspondía, entraron directamente al lugar que sería su casa hasta que empezaran los juegos.

Ambos estaban por demás sorprendidos con lo que los recibió.

Un lugar de o más lujoso. Muebles de cuero, mesas de cristal, plantas exóticas, una barra con diversas bebidas. La elegante sala de estar contaba con una pantalla que abarcaba media pared. Con único propósito de reproducir los reportajes de los juegos y de todo lo que les esperaba de ahora en adelante.

La habitación correspondiente a Wei WuXian tenía una cama amplia con dosel. Era demasiado grande para una sola persona, a su parecer. Había dos mesas pequeñas a cada lado de la cama y un respaldo con espejos. Y alrededor cortinas que le daban completa privacidad una vez extendidas.

Disponía de un pequeño balcón que daba vista a todo el capitolio. Un armario que se camuflajeaba muy bien con las paredes negras; contenía varios atuendos casuales y lo que supuso, sería ropa de entrenamiento.

El baño era igual de especioso, tenia un jacuzzi, de nuevo, demasiado amplio para su gusto. Bien podían caber cinco personas con suficiente espacio para relajarse. También había una ducha y un tocador a la par de sanitario.

Todo era muy reluciente y gritaba nuevo y jamás usado.

Lo hizo sentir incómodo.

No meditó mucho en ello, ya que tendría un mes para adaptarse al lugar. Así que optó por colocarse una de las tantas prendar de dormir y se dispuso a descansar. Sin pensar demasiado en cómo era que la ropa era de su medida exacta. Seguramente otra consecuencia del spa. Una consecuencia menos vergonzosa.

Cultivation Games ( XianWang )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora