Hace muchos años, nuestra tierra se desarrolló gracias a las enseñanzas de seres que descendieron del cielo. Nos enseñaron cosas de las que no nos creíamos capaces.
A maximizar nuestros sentidos, a aumentar nuestra fuerza física y conectar nuestras mentes con la naturaleza. A dar descanso a los muertos, y a los que se levantaron a causa del resentimiento. Nos dieron las bases de nuestra cultura y nos enseñaron a confiar en nuestro poder.
Fue en ese entonces que emergieron nuestros primeros métodos de cultivación. Aprendimos a canalizar nuestra energía espiritual, y a elevar nuestra mente para poder conectar con los elementos de la naturaleza. Dando a cada ser humano, la capacidad única de convivir y manipular totalmente con un elemento y manejarlo a voluntad. Fue la base de nuestra sociedad.
Durante los primeros años, unos conectaron con la tierra. Otros con el agua. Otros con el viento. Otros con el fuego, y otros a comunicarse con la naturaleza. Y con el paso del tiempo, nacieron aquellos que podían manipular más de un elemento y combinarlo para crear nuevas formas de energía.
Nuestros maestros estaban complacidos.
Después vieron que podíamos continuar nuestro desarrollo por nuestra cuenta, y nos dejaron para poder continuar enseñando sus conocimientos en otros mundos. En otros universos muy lejos de nosotros.
Nunca los volvimos a ver, y nuestras generaciones futuras continuaron con el desarrollo según las bases de la moral y la espiritualidad que nos inculcaron. Para poder seguir evolucionando por nuestra cuenta. A fin de mantener la paz y la armonía en la tierra que tanto amaron.
Pero no todos tenían las mismas ideas. No todos tenían las mismas metas ni ambiciones. Así que nuestra sociedad se dividió. Y empezaron las primeras guerras. Las guerras por los ideales. Dejando tras de sí kilómetros de destrucción y muerte. Hasta que cada quien tomó una porción de tierra para poder seguir viviendo según sus ideales, y seguir conviviendo cada quien con un elemento.
El equilibrio había regresado.
Pasaron muchos años, en los que algunos alcanzaron el epítome de los métodos enseñados siglos atrás. Algunos se volvieron inmortales, otros murieron a causa del mal uso de la energía en su cuerpo, otros tantos descubrieron métodos oscuros que nadie sabe quién les enseñó. Y luego estuvieron aquellos que querían estar por encima de los demás.
Así empezaron las segundas guerras.
Porque no se los permitimos. Pero no logramos deshacernos de ellos por completo. Así que los que quedaron, tuvieron que huir. Nunca volvimos a saber de ellos. Y creyéndonos en paz, jamás pensamos que algunos de ellos llegaran a ayudarnos cuando más lo necesitábamos.
Nos tomó muchos años, desarrollar y conocer el significado de lo que era política y sociedad. Y algunos de los que alcanzaron la inmortalidad, se cansaron y acabaron con sus vidas de manera voluntaria. Dando paso a las siguientes generaciones, que intentaron seguir el camino recto que nos inculcaron en un principio.
Hasta que llegó la visita de los extranjeros. Nadie supo de dónde venían y ellos tampoco quisieron decirlo. Solo se supo que la mayoría venían de tierras lejanas y querían conocer nuevas culturas.
Fue cuando nos dimos cuenta, que el mundo era más grande de lo que imaginamos y también quisimos conocer el exterior. Muchos se fueron, pero solo algunos regresaron. Y cuando volvieron, traían nuevas historias, nuevo poder, otras formas de cultivo y algo que ellos llamaron tecnología. En aquel entonces, no sabíamos que eso sería el inicio de nuestra perdición.
El progreso que trajo la tecnología fue para mejor en algunos reinos. Otros quisieron conservar su forma de vida, sin manchar ni alterar aquello que habían guardado por generaciones. Y solo tomaron aquello que consideraron útil.
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Cultivation Games ( XianWang )
FantasyNosotros teníamos Cultura. Nosotros teníamos reglas. Nosotros teníamos poder. Nosotros teníamos riquezas, una vez fuimos libres En un mundo donde el cultivo se volvió peligroso pero necesario, el capitolio se encarga de eliminar aquello que repres...