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La obscuridad reinaba en la aldea, el viento prolijo llevándose las hojas de los árboles, la luna resplandeciente en lo más alto del cielo, acompañado de las nubes cuál fieles servidores.

La silueta de un pelirrojo con una calabaza sobre su espalda, se encontraba en lo alto de las tejas confiado y sereno, donde la luna era testigo de los acontecimientos.

— Valla, valla que sorpresa—la repentina aparición de un segundo llamo la atención del ninja— ¿Es que acaso nunca duermes?—

— ¿Que haces aquí? ¿Que es lo que quieres?—sereno pregunto, sin ninguna pizca de miedo u vasilación

— Planeaba atacarte mientras dormías—soltó con sinceridad— Si peleamos y te derrotó ahora, en la siguiente ronda podré enfrentarme con el que realmente quiero, Sasuke—dándole a obsesión, nha mentira— Ya se todo sobre tu ataque de arena, me preguntó que es más rápido si tú arena o mi sonido—deslizo la manga de su brazo mostrando un artefacto con orificios

Gaara observó al ninja del sonido con su característica seriedad, el viento soplo de nuevo moviendo las campanas bajo ellos, sonando el tintineo de estás mientras más fuerte se hacía el viento, más ferozes se movían.

— Cuando la luna está llena—murmuro llamando la atención del sonido— Cuando la luna está llena hierve la sangre—

En la silueta se deformo dando paso a aquel monstruo que alvergaba su interior, formándose poco a poco, el ninja del sonido se deformo del miedo, preguntándose si, realmente fue lo correcto, si precio aviso el ser atacó.

Dejando un desastre al paso del ataque, llevándose con el la vida del ninja del sonido, del humo polvoriento se vio la figura del pelirrojo de nuevo, sudando y transpirando con insistencia, tratando de recuperar la tranquilidad para no salirse de control.

Dos siluetas eran los testigos de lo que pasó, lejos de ellos, una joven temblaba de miedo decidió irse de ahí, pero no era la única que observaba eso, dentro de las sobras un hombre de pañuelo observaban y escuchaba el plan de los otros dos, sin saber que tal vez esa sería la última vez que los demás lo verían.

— ¡Esta muerto!—pensó mientras trataba de calmar sus temblores y silenciar sus aguados ojos azules

De casualidad vio la muerte de un ninja, al igual que el aspecto de un Jinchuriki, y sin querer al escuchar de los planes ajenos.

La cascada sonaba en armonía con las risas de las jovencitas bañándose en el pequeño estanque, jugando entre ellas, sin saber que el ser mas perverso las observaba en lo frondoso de los arbustos.

— Ya basta—el rubio irritado le reprochó

— ¡Estamos en el paraíso Naruto!—ignorando por completo siguió espiando

— Usted es tétrico—cansado decidió terminar con esa absurda demostración, tapo los ojos del viejo mientras adulzaba su voz— Oiga maestro Jiraya, ¿podría ponerme más atención? Estoy desesperada por qué me entrene un poco y usted es el único que puede hacerlo—

— ¡Así que finalmente apareciste! ¡He estado esperándote!—con entusiasmos volteó a ver llevándose la sorpresa de encontrar al enano rubio— No es justo estás riendo te de mi Naruto—

— Justos mis calzones, además no hay nada de que reír con todo esto—

Escucharon a las chicas irse de ahí, decepcionado Jiraya decidió por fin enseñarle algo, decidieron entrenar con el chacra del chico alegando que decía sacar el chacra rojo que decía el rubio tener.

||¿Omega?||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora